La misión de la Comisión Europea en Bulgaria ha sido anfitriona de una conferencia sobre el tema “El porvenir de Europa y la perspectiva búlgara”. Participaron Ilyana Yotova, vicepresidenta de Bulgaria, Liliana Pavlova, ministra encargada de la presidencia búlgara del Consejo de la UE, Liubomir Kiuchukov, director del Instituto de Economía y Relaciones Internacionales, entre otros invitados. Mario Monti, ex primer ministro de Italia, fue invitado especial al foro. Él respaldó una de las prioridades esenciales de la presidencia búlgara, o sea, la disposición de Bulgaria de ser la voz de los vecinos países de los Balcanes Occidentales ante la UE. A juicio de Mario Monti, Bulgaria es capaz de dirigir un mensaje significativo a Europa con la conferencia sobre las perspectivas para la adhesión a la familia europea de los países de los Balcanes Occidentales, que Bulgaria organizará durante su presidencia rotatoria del Consejo de la UE. El futuro de la Eurozona y el acceso de Bulgaria a Schengen, los problemas generados por la migración también fueron algunos de los temas abordados en la actual conferencia.

Liubomir Kiuchukov resaltó que el acceso de Bulgaria a Schengen y la adhesión a la unión monetaria son decisivos para ver si este país seguirá situado en la periferia de la UE, o bien, se transformará en parte de su centro. La candidatura búlgara para la Eurozona debe promoverse después de una serie de análisis económicos, financieros y sociales, de extraordinaria precisión, de cómo tal decisión repercutirá en el país. Sin embargo, hasta que esto se vuelva realidad pasará tiempo. Mientras tanto, hay que prestar atención al hecho de que sólo restan dos meses y medio hasta el momento en que Bulgaria comenzará a dirigir la política europea. Por esta razón, la intervención de la vicepresidenta de Bulgaria, Ilyana Yotova, ha revestido suma importancia por esbozar con precisión el actual cuadro europeo y señalar los problemas que Bulgaria afrontará. Dijo ella: La actual UE es la idea materializada de numerosas personas pero, por desgracia, los que formamos parte de la generación del siglo XXI, no nos ajustamos ni a las ideas ni a las ambiciones de quienes hace 60 años sentaron las bases de la UE. Existe descontento ante el hecho de que ignoramos cómo evolucionará Europa en los próximos años y, al mismo tiempo, brilla por su ausencia un debate en torno a este desarrollo. Un estudio reciente de la Eurostat indica que el 80 % de los ciudadanos europeos espera que Europa haga más en la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, al centrarnos exclusivamente en el tema de la seguridad, omitimos el hecho de que casi idéntico porcentaje de ciudadanos reclama afrontar y superar otros retos como son el paro, las desigualdades sociales, la protección ambiental, la lucha contra los fraudes fiscales. La gente pretende sentir el peso del proyecto europeo en estas esferas. Si no se justificaran estas expectativas, las voces de los euroescépticos se volverían más fuertes.

El euroescepticismo es, de hecho, el resultado de los enormes abismos que existen en las propias sociedades europeas. Una buena parte de las personas en ellas se encuentran marginalizadas, algo que las aboca a la exclusión social. La falta de una perspectiva para desarrollarse y llevar una vida normal mueve a una parte de esas personas a radicalizarse y convertirse en un nuevo tipo de terroristas, de actuación solitaria, en lobos solitarios. No hay detrás de ellos organizaciones islamistas y esas personas no mantienen contacto con tales. Precisamente por ello, frustrar los atentados que cometen es tarea sumamente ardua y hasta imposible. Para que Europa pueda contrarrestar con eficacia el terrorismo, deberá iniciar la lid, tan largamente postergada, contra la desigualdad que existe en el seno de todos los pueblos europeos. Los líderes europeos deben reconsiderar su visión de que el rumbo político que han emprendido ha sido infalible y deben comenzar a gobernar como verdaderos estadistas en beneficio de los ciudadanos europeos y desvelándose por la seguridad y la prosperidad de éstos.

La vicepresidenta de Bulgaria ha señalado, además, que el debate en torno al marco financiero plurianual no acaba de comenzar y esto, a su juicio, es un error garrafal, ya que sin disponer de una visión a largo plazo sobre Los Presupuestos con que contará la UE, no habrá manera de desarrollar políticas duraderas ni sostenibles. Para justificarse por la falta de tal debate, los países miembros de la UE alegan el tema del Brexit y el porvenir incierto de la UE tras el abandono de Gran Bretaña. Yotova ha expresado esperanza de que, con todo, se producirá tal debate en los meses de enero a junio de 2018.

Bulgaria asumirá la presidencia del Consejo de la UE en medio de una situación compleja y precaria para la comunidad pero es justo en tales circunstancias cuando se hacen patentes las capacidades para el liderazgo que cada país posee.

Versión en español por Mijail Mijailov