Las protestas y contra protestas en relación con las intenciones de construir un segundo teleférico en el centro de montaña de Bansko, en el sur de Bulgaria, no sólo que continuaron en la jornada del jueves, 4 de enero, sino que también se extendieron y politizaron. A una semana de haber adoptado el Ejecutivo cambios en el Plan de Gestión del Parque Natural “Pirin”, en diez ciudades de Bulgaria, y, además, alejadas de la zona problemática, se organizaron acciones en defensa del Monte Pirin.

Según los defensores de la naturaleza en protesta, los cambios posibilitan obras de construcción en un 48 % de la extensión del citado parque. Neno Dimov, ministro búlgaro de Medio Ambiente y Aguas, asegura que sólo se harán obras de construcción en un 2,6 % del territorio del parque natural y que se trata única y exclusivamente de obras de infraestructura deportiva.

La extensión de las protestas les ha atribuido características nacionales más contundentes, y el contenido de las reivindicaciones se va politizando cada vez más. Las personas descontentas han insistido en una “legalidad en Bulgaria, y cinco partidos extraparlamentarios han reclamado la dimisión del ministro Neno Dimov. En una declaración conjunta los “Demócratas por una Bulgaria Fuerte”, el partido “Sí por Bulgaria”, el partido de Los Verdes, la Unión Agraria Popular Búlgara y el Movimiento por la Unidad y Solidaridad Europeas (DEOS) han calificado los cambios en el Plan de Gestión del parque “Pirin” de un acto de extorsión política y han advertido que estos cambios no redundarán en la prometida construcción rápida de un segundo teleférico en Banska, sino que pasarán rápidamente, de los planes para nuevas pistas e instalaciones, a la tala y la erosión de centenares de hectáreas de bosques seculares y provocarán un boom en la construcción no sólo en Banska, sino también en toda la montaña Pirin.

Valeri Simeonov, viceprimer ministro de Bulgaria, acusó a las personas en protesta de buscar dividendos electorales. Los “Demócratas por una Bulgaria fuerte”, el partido “Sí por Bulgaria”, Los verdes, el partido agrario y DEOS tienen insignificante peso electoral pero la causa que en este caso los aúna cuenta con numerosos simpatizantes en la sociedad y está en condiciones de disparar efectivamente su popularidad.

Sin embargo, también cuenta con partidarios numerosos la tesis de los gobernantes de que entre la protección del medio ambiente y el desarrollo económico ha de existir un equilibrio. Movido por esta idea, y paralelamente a las protestas contra las intenciones del Ejecutivo, defensores de la construcción de un segundo teleférico en Bansko han protagonizado una contra protesta cortando por una hora y media el tráfico vial por la carretera internacional a la altura de la ciudad de Simitlí. En algunas de las pancartas enarboladas se leía la exhortación “Fuera los parásitos verdes de Bulgaria”. Por la agudeza de la confrontación decenas de patrullas se encargaban de custodiar las acciones de protesta con el fin de frustrar incidentes.

El encono entre los participantes en las protestas y contra protestas saltó asimismo a las páginas de la prensa. Se puede apreciar hasta donde ha subido el grado de la tensión en las páginas de hoy, viernes, 5 de enero, del diario “Trud” en las que Petio Blaskov, conocido editor y periodista nacional advierte que la protesta durante esta semana no se produce en contra del desarrollo del turismo de invierno ni a favor de la protección de la naturaleza en el Monte Pirin, sino que es una protesta contra Bulgaria, y lanza la advertencia que una pandilla de sediciosos viene saboteando desde hace cinco años toda iniciativa de carácter nacional.

Resulta evidente que en medio de tanta virulencia de la confrontación no es posible hablar del equilibrio, pretendido por los gobernantes, entre la protección del medio ambiente y el desarrollo económico. Sobre este telón de fondo surge la interrogante de ¿hasta cuándo esto seguirá siendo así?

Versión en español por Mijail Mijailov