Un selfie con la Mona Lisa es un hit entre los turistas de todo el mundo que visitan el Louvre y quedan cautivados por la enigmática sonrisa de la obra maestra de Leonardo DaVinci. Si hace décadas las reacciones eran simplemente contemplación o nada, hoy la selfie-manía crea miles de “obras maestras” personales en las cuales la Mona Lisa de Leonardo sonríe enigmáticamente, pero casi siempre a espaldas de alguno de los habitantes del planeta. El fotógrafo Nikola Mijov, que vive entre Sofía y París, ha dedicado cuatro años a tomar fotos que  “capturan” de forma increíble las imágenes de los turistas en el momento de hacerse un selfie ante la Mona Lisa en el Louvre. “Los turistas cada vez se exaltan más, cambia su apariencia, desde los europeos y estadounidenses hasta los asiáticos, lo que también puede reflejar el contexto económico. Para este proyecto me he inspirado en la estética de las imágenes que consiguen los turistas, en los teléfonos y en medio de la multitud, donde es complicado enfocar y a menudo se enfoca la muchedumbre en vez de a uno mismo. En cada imagen hay partes de manos, piernas u orejas, y esto es parte de la transferencia del ambiente”, explica el fotógrafo Nikola Mijov. Su exposición “Mi Lisa” se puede ver hasta el 2 de mayo en la galería “Síntesis” de Sofía.