No recuerdo haber querido ser otra cosa que pintora. Pienso que desde muy niña ya sabía que es mi vocación. Así comenzó nuestra conversación con María Ilieva, una mujer joven y fina cuyos cuadros conquistan con su detalle real excepcional. Su pincel da vida a las ilustraciones infantiles, la naturaleza muerta multicolor y los retratos de las mujeres más tiernas.

María Ilieva se graduó en la Academia de Bellas Artes de Sofía en la especialidad de Murales y en 1996 junto con su hermana participó en los trabajos de pintura de la cripta de la Iglesia Rusa en Sofía.

Era un proyecto muy interesante –cuenta María–. El trabajo fue conferido a una monja muy talentosa – la hermana Magdalena del Monasterio de Kniazhevo– y nosotras fuimos elegidas para integrar el grupo de ejecutores. Trabajábamos con una técnica mixta, la pintura la diluíamos con una emulsión de huevos cuya preparación era un secreto. De la hermana Magdalena aprendimos mucho sobre la iconografía.

Fascinantes, que te dejan sin aliento y alucinado –así son las mujeres búlgaras en los cuadros de María Ilieva: inocentes y puras que emanan amor y belleza. Los impresionantes retratos parecen vivos y de cada imagen irradia la hermosura y la ternura de la mujer búlgara–.

Se requiere de tiempo para llegar al detalle. Por ejemplo, hacer la piel transparente, los ojos brillantes y que miren. Es bastante difícil pintar la boca. Trato de suavizar las sombras de la cara para subrayar lo más lindo en ella –dice de las dificultades en el trabajo María Ilieva–.

Sus primeros modelos eran sus preciosas hijas y amigas de ellas. Posteriormente, María comenzó a seleccionar los modelos en Internet y muy pronto empezaron a llover encargos de todo el mundo. Las obras de la joven mujer son propiedad de colecciones privadas en Alemania, Gran Bretaña, Francia, Japón, Rusia y Estados Unidos.

Muchos de nuestros compatriotas que residen en el extranjero por razones nostálgicas me piden que pinte a sus esposas, hijas y a ellos mismos. Hasta ahora he podido conocer suertes diversas y gente excelente –dice María Ilieva y agrega que en todas partes gusta esta imagen expresiva de la mujer búlgara que se apodera de la gente para quedarse en sus corazones para siempre–.

Versión en español por Ludmila Sávova
Fotos: Desislava Semkovska y archivo de la pintora