En Moscú,  en la ceremonia  de entrega de las cartas credenciales  de  Atanás Krustin, embajador búlgaro  en Rusia, el presidente ruso Vladimir Putin dijo lamentar que el  proyecto del gasoducto “Corriente del Sur” no se hubiera  realizado si bien  destacó que “ahora  aparecen  nuevas oportunidades  de que Bulgaria juegue un rol  notable con vistas al tránsito del gas ruso hacia  los mercados  europeos”. Putin ha subrayado que durante las visitas  a Moscú, el pasado mes de mayo, del presidente y del primer ministro de Bulgaria, Rumen Radev y Boyko Borisov, respectivamente se habían reiterado las  intenciones recíprocas de  ahondar ulteriormente  la cooperación económico-comercial bilateral, incluida la  energética. Vladimir Putin ha recordado que este año  se han cumplido 140 años  de la liberación de Bulgaria del dominio  otomano.