El miércoles el Parlamento votaba a favor de la dimisión del viceprimer ministro Valeri Simeonov y ocupaba su puesto Mariana Nikolova, hasta ahora jefa de su gabinete. El partido Ataka, que junto con la VMRO y el Frente Nacional por la Salvación de Bulgaria, integra la coalición de los Patriotas Unidos, de manera ostentosa, no participó en la votación La propuesta para el relevo no fue presentada al primer ministro Boiko Borisov quien, al ausentarse del debate, mostraba que la renuncia del viceprimer ministro Valeri Simeonov no era sino un problema interno de los Patriotas Unidos. La nominación para un sustituto de Simeonov fue presentada nada menos que por Krasimir Karakachanov, líder de VMRO, al que el líder del partido Ataka, Volen Siderov, había reclamado que se retirara de sus puestos de viceprimer ministro y titular de Defensa de Bulgaria. Las agotadoras polémicas durante dos días entre los gobernantes sólo han desembocado en un relevo personal en el Ejecutivo. El Frente Nacional por la Salvación de Bulgaria continúa siendo representado en el poder ejecutivo, ahora por una viceprimera ministra en la persona de Mariana Nikolova, allegada a Simeonov, y el acuerdo de coalición del partido GERB con los Patriotas Unidos continúa intacto.

Sin embargo, no andan así las cosas dentro de la llamada “pequeña coalición” en el Ejecutivo, o sea, la de los Patriotas Unidos. Tras renunciar a su puesto de viceprimer ministro, Valeri Simeonov retorna al Parlamento ocupando el escaño de una diputada por el partido Ataka y esto altera la correlación de fuerzas en esta coalición, de manera desfavorable para éste. En el grupo parlamentario de los Patriotas Unidos, el partido Ataka se queda con 7 escaños frente a los 11 que tiene VMRO y los 9 del Frente Nacional por la Salvación de Bulgaria y así se reduce su peso a la hora de la toma de decisiones. Para el partido Ataka este hecho es particularmente doloroso, habida cuenta del afán de su líder Volen Siderov de ser cabeza de lista de los Patriotas Unidos de cara a las elecciones europeas. Esta pretensión la comenzó a manifestar Siderov dentro de esta coalición ya el pasado mes de mayo pero Valerí Simeonov, líder del Frente Nacional por la Salvación de Bulgaria la rechazó de plano, y Krasimir Karakachanov, líder de VMRO no se dignó siquiera examinarla, movido por la convicción de que el eurodiputado por VMRO Anguel Dzhambazki debería ser cabeza de lista de esta coalición para las elecciones europeas.

El que las relaciones en el seno de los Patriotas Unidos sean críticas y precarias es algo que incluso reconocen en esta coalición, mientras los observadores no descartan que hasta la Navidad se produzcan nuevos arrebatos de animadversión entre los líderes de las formación que integran la pequeña coalición. Las contradicciones existen .de hecho, entre el partido Ataka, por un lado, y el frente Nacional por la Salvación de Bulgaria y la VMRO, por el otro. Sin los 7 votos del partido Ataka en el Parlamento, los votos del partido GERB -95-, de la VMRO -11- y del Frente Nacional por la Salvación de Bulgaria -9-, no alcanzan para una mayoría de 121 votos. Sin embargo, en los momentos de votaciones importantes, hasta ahora se han ido sumando a los votos de los gobernantes los 12 diputados por el partido Volya y los dos diputados independientes  -uno, que abandonó la izquierda y el otro, expulsado por el Movimiento por Derechos y Libertades-. Si esta práctica perdure el apoyo parlamentario al Ejecutivo no sufrirá un peligro real. Lo que sí peligra es la existencia de los Patriotas Unidos como coalición de formaciones nacionalistas creada con el fin de participar en el poder ejecutivo.

Los recientes dramas políticos en Bulgaria resultan más bien elemento de un proceso de una reestructuración nueva del espacio nacionalista en vísperas de la campaña de cara a las elecciones al Parlamento Europeo. El pasado mes de octubre, el partido Ataka resolvió solicitar su acceso a la Alianza de los Conservadores y Reformistas Europeos, la cual espera, tras las elecciones, poder dirigir la UE en coalición con el PPE. Una semana atrás durante el foro de las formaciones nacionalistas y populistas en Europa del Este, celebrado en Sofía, Marine Le Pen. lideresa de la extrema derecha gala, ha hecho declaraciones de las que se deduce que en Bulgaria el Movimiento Europa de las Naciones y de las Libertades sólo reconoce por socio afín a su ideario, al partido Volya, y no a las formaciones que integran la coalición de los Patriotas Unidos. La reestructuración del espacio nacionalista se irá volviendo más nítida a medida que se aproximen las elecciones al Parlamento Europeo en mayo de 2019. Mientras tanto el gabinete “Borisov 3 “ seguirá gobernando, puesto que ni siquiera las enésimas conmociones en la coalición han sido capaces de trazar una alternativa a este Gobierno.

Versión en español por Mijail Mijailov