Los constructores se reunieron en una protesta pacífica en Sofía en defensa de su gremio. Expresaron su preocupación por los ataques a la industria de la construcción y las acusaciones de precios altos y mala calidad de reparaciones, corrupción y desvío de fondos. Según el presidente de la Cámara de los Constructores, Ilián Terziev, dichos ataques tienen como objetivo desacreditar o incluso eliminar las empresas de Bulgaria antes de los grandes proyectos que se avecinan con los programas de la UE, y que el sector de la construcción en Bulgaria pase a manos de empresas extranjeras. Hoy, por segunda vez en dos semanas, salieron también a protestar los taxistas. Sus solicitudes siguen siendo las mismas: aumento de los precios mínimos por kilómetro recorrido, actualización de las tarifas máximas y la posibilidad de que los vehículos amarillos circulen por el carril bus.

Más tarde, representantes de la Cámara de los Constructores se reunieron con el presidente Rumen Radev para informarle sobre los problemas que afronta el sector en Bulgaria, y también de las conversaciones mantenidas con los partidos políticos. El Presidente instó a que es necesario hablar abiertamente sobre los problemas en el sector de la construcción, y que la Cámara de Constructores debe velar por el prestigio de la rama durante la contratación pública, la realización de los proyectos, hasta la entrega de las obras terminadas. Son necesarios un estándar de precios y procedimientos claros para garantizar que, cuando se firme un contrato y se realicen los pagos, el dinero invertido asegurará la calidad y seguridad necesarias, subrayó el Jefe de Estado.