El último día anterior a la Cuaresma, 10 de marzo, siete semanas antes de la pascua de Resurrección, los cristianos ortodoxos celebran la festividad “Domingo del Perdón”. En ese día se da lectura a las palabras de Jesucristo: “Si no perdonáis a los hombres sus ofensas tampoco os perdonará a vosotros nuestro Padre celestial”. El día del cada uno de nosotros pida perdón a las personas a su alrededor: familiares y conocidos, por las amarguras u ofensas que voluntaria o involuntariamente les habría causado y que cada cual busque en sus entrañas fuerzas para perdonar a quienes le hayan zaherido. Según las tradiciones populares, en la tarde de la festividad se reúnen en la casa de sus progenitores los hijos, hijas y nietos para prepararse para la Cuaresma, colocando en la mesa productos a base de leche. Piden perdón los jóvenes a los viejos, los hijos a sus padres, los recién casados a sus padrinos, les besan la mano y profieren: “Perdóname mamá, papá…” La respuesta obligada es: “Que Dios te perdone, perdonado estés”.



Encender fogatas es una costumbre característica del pasado asociada a esta festividad. Cuando las llamas se van apagando, la gente joven suele saltar por encima de las mismas. Luego se suelen bailar danzas joró y entonar canciones alrededor de esas fogatas.