El 11 de mayo la Iglesia Ortodoxa Búlgara rinde homenaje a la memoria de los santos isoapóstoles, Cirilo y Metodio, creadores de la escritura eslava. Los dos hermanos eslavos fueron reconocidos como santos ya a finales del siglo IX y los primeros indicios sobre la conmemoración el 11 de mayo de su fiesta se remontan al siglo XII. En la época del Renacimiento nacional búlgaro la fecha se fue afirmando como festividad religiosa de los Santos isoapóstoles.

El alfabeto creado por ellos, el glagolítico, combina los tres signos esenciales del cristianismo: el triángulo, la cruz y el círculo.

A mediados del siglo IX en la Gran Moravia, los dos hermanos acompañados por sus discípulos sentaron los fundamentos de la escuela literaria de Gran Moravia. Viajaron luego a Venecia donde Cirilo participó en la famosa disputa sobre el dogma trilingüe con el clero latino. Según ese dogma, el cristianismo sólo se podía predicar en tres idiomas: hebreo, griego y latín. Triunfaron en aquella diputa la recia lógica, los argumentos de peso y las alegaciones teóricas de Cirilo.

Tras la disputa en Venecia, los dos hermanos se trasladaron a Roma donde poco después de su llegada, Cirilo fallecería. Recibió sepultura con gran pompa en la Iglesia de San Clemente. Un milenio después, en 1881, en Roma fue recordada por primera vez la memoria de los dos hermanos.

En relación con ese aniversario en la Basílica de San Clemente, con la contribución de varios países, se construyó una capilla en la que se guardan los restos mortales de Cirilo.



El gran reconocimiento a la labor apostólica y cultural desarrollada por los creadores de la escritura eslava en el Viejo Continente se produjo el 31 de diciembre de 1980 cuando el Papa Juan Pablo II proclamó a San Cirilo y San Metodio copatronos de Europa.



Hoy sus nombres encarnan el puente tendido entre las tradiciones cristianas orientales y occidentales, y la unidad cultural de Europa.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: archivo