La asociación entre Bulgaria y Hungría se basa en vínculos históricos, culturales y espirituales profundos y no depende de los cambios políticos en ambos países, han declarado en Budapest el presidente búlgaro, Rumen Radev, y el primer ministro húngaro, Viktor Orban. Los dos han sido categóricos de que la Unión Europea (UE) todavía carece de plan de gestión de crisis ante una presión migratoria repentina en sus fronteras exteriores, y que esto tiene que cambiar. Para Hungría, Bulgaria es un aliado en el asunto de la migración y Budapest está dispuesta a ayudar a Sofía en todas las formas posibles, ha expresado Orban. Ambas partes examinaron el tema de la diversificación energética y la mayor seguridad de los suministros. La cohesión económica y social entre Europa Oriental y Occidental es una garantía para la unidad y la capacidad de acción de la UE, ha sido la posición común de Rumen Radev y su homólogo húngaro, Janos Ader.