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Plovdiv, Capital Europea de la Cultura 2019

Exposición familiariza con la primera mensajería de texto inventada en una prisión búlgara

Foto: plovdiv2019.eu

“El museo: un espacio inesperado, abierto, compartido” es una exposición fuera de lo común que cambia la noción que se tiene sobre este templo de la memoria. En lugar de familiarizarse con una sola historia mediante la gran cantidad de objetos en exhibición, el público tiene la oportunidad de conocer múltiples historias observando una sola muestra.

La exposición del Museo Nacional de Historia Militar, enmarcada en el programa de la Capitalidad Cultural Europea de Plovdiv, incluye apenas nueve objetos, pero éstos pueden orientar el pensamiento del observador en muchas e inesperadas direcciones. La primera la establece el inodoro portátil del príncipe Alexander Battenberg.


Lo que nos indujo a exponerlo fue una historia que sucedió hace un centenar de años –dice Slaveya Súrcheva del Museo Nacional de Historia Militar– . En 1917, el famoso artista Marcel Duchamp compró un urinario y lo presentó en una exposición. Al formular la pregunta “¿Qué objeto puede considerarse una obra de arte?” dasató un debate que continúa hasta la actualidad. El caso de “La Fuente de Marcel Duchamp” todavía sigue siendo estudiado en las academias de arte mundiales; los profesores hacen la misma pregunta a los estudiantes, mientras que la respuesta de los historiadores del arte reza que incluso un inodoro puede ser una obra de arte, siempre que los espectadores lo perciban de esta manera. Nosotros también animamos a los visitantes de la exposición a evaluar qué objeto podría ser una obra de arte. Además evocamos otras experiencias similares como, por ejemplo, la del retrete a la turca mediante el cual el artista plástico checo David Cerny presentó a Bulgaria en el marco de la Presidencia checa del Consejo de la UE.

En la exposición se pueden conocer también otros hechos curiosos como, por ejemplo, que el precursor de la mensajería de texto en Bulgaria surgió en la década de 1920, después de que los familiares de los presos de la prisión de la ciudad de Veliko Tárnovo, en el norte del país, les enviaran pequeñas notas con mensajes escondidas en cáscaras de nueces.

Se puede ver, asimismo, la historia de una mujer que decidió dar la bienvenida al “invento diabólico”, el tren, con el ícono de san Demetrio en las manos, pero que se desmayó en la estación; y también el mochuelo, símbolo de la muerte, según la noción popular, que contrariamente a todas las expectativas, anuncia la nueva vida.

Снимка

Durante la Primera Guerra Mundial, en el Frente Sur, un mochuelo llegó volando a un regimiento búlgaro –cuenta Slaveya Súrcheva– . El ave llevaba adjunta una misiva escrita en francés, que decía que en pocos días iba a comenzar la gran ofensiva francesa. El verdadero significado de esta historia aún no se ha revelado, es decir, no se sabe a ciencia cierta si eran los franceses los que querían advertir a los búlgaros o si era un compatriota capturado que quería tranquilizar a sus hermanos de armas.

Otra historia de los tiempos de guerra remite a una pregunta fundamental: ¿qué es lo que vale más, la rigidez ideológica o la vida humana?

Durante la Guerra Fría a bordo de un submarino nuclear ruso se produjo un incendio –prosigue Slaveya Súrcheva– . Al ver el fuego, un barco canadiense respondió con la idea de socorrer a la tripulación en apuros. Sin embargo, los rusos rechazaron la ayuda, probablemente por razones ideológicas. Luego, a la señal de SOS reaccionó una nave búlgara que salvó muchas vidas humanas. Como muestra de gratitud, la tripulación búlgara recibió el reloj que forma parte de la actual exposición”.

Otros objetos interesantes incluidos en la muestra son la cámara fotográfica que pertenece a Dimítar Dimitrov, totalmente funcional y hecha a partir de un trozo de lápiz, un cierre de bolso femenino, un mango de linterna de bolsillo, el tapón para bebidas gaseosas, inventado por el creador del primer avión búlgaro, Asén Yordanov, el abrigo de piel perteneciente al aviador Simeón Petrov que pilotó un avión abierto, la legendaria máquina de encriptación Enigma, en la que los visitantes pueden codificar sus propios mensajes en cirílico.

La exposición está montada en el edificio del antiguo aeropuerto de Plovdiv y estará abierta hasta el 14 de julio.

Versión en español por Daniela Radíchkova

Imágenes: militarymuseum.bg



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