La pintora Axinia Mileva es de la ciudad suroccidental búlgara de Blagoevgrad, donde comienza también su trayectoria artística. Es de las personas de las que dicen que han nacido con estrella. Hace sus primeros dibujos ya a los 3 años de edad, se gradúa de escenógrafa por la Academia Nacional de Artes, y mucho tiempo trabaja como tal en varios teatros de Bulgaria.

En 1989, cuando el país comenzó su paso del régimen comunista a la democracia, Axinia Mileva decidió cambiar de actividad y se puso a experimentar en el diseño de modas, en la serigrafía, o sea el dibujo en seda, en la ilustración de libros para niños e incluso en la iconografía. En 2002 le invitaron a decorar con iconos una capilla y luego una iglesia. La idea más difundida es que el que pinta iconos y escenas bíblicas debería ser profundamente religioso.

“No soy una creyente fanática – dice Axinia Mileva. – A veces, tengo mis dudas como todo el mundo. Creo que hay una fuerza que nos guía y nos ampara. Tal vez debería aprender algunas cosas más para llegar a creer por completo. Empecé a pintar iconos provocada por la curiosidad. Pasé un curso especializado, el trabajo me gustó y desde hace 10 años ya me dedico a esto. Sigo aprendiendo y esforzándome a mejorar mi técnica”.

Si bien es una artista con numerosas manifestaciones públicas en los últimos años, Axinia Mileva afirma que nunca se sintió tentada por la gloria. Hace años se fue con unos amigos a Albania. Se quedó en ese país durante seis meses registrando sobre el lienzo escenas de la capital, Tirana. Los cuadros se vendieron de inmediato y tras el reportaje que le dedicó la televisión incluso gente desconocida la saludaba en la calle.
Así describe Axinia su roce con la fama, pero comparte que esto es más bien embarazoso y que prefiere la libertad y el anonimato que le proporcionan tranquilidad. La artista habla también de la sensación única y la pureza espiritual a la que llega cuando se queda sola en el templo donde trabaja. "Hay algo extaordinario de ir observando cómo, día tras día, las imágenes empiezan a delinearse sobre las paredes desnudas. El silencio hace que uno se sienta menos solo."

Axinia Mileva es también autora de cuadros abstractos como "La moza por nacer” donde los rostros sin facciones, pintados de rojo, simbolizan la pérdida de fe de los hombres. La artista dice que tiene muchas ideas de proyectos nuevos que de momento aplaza, porque, como la mayoría de los artistas búlgaros, tiene que dedicarse también a otros trabajos, más lucrativos. "El artista búlgaro no puede vivir sólo del arte - opina Axinia. – Hay artistas más solicitados, por cierto, pero la mayoría está luchando como todo el mundo por salir a flote. Creo que no se presta suficiente atención a la cultura”.

Antes la pintura de iconos se practicaba principalmente en los monasterios, por religiosos. La artista cuenta que cuando empezó a familiarizarse con los detalles de este arte genuino se consultaba precisamente con religiosos, que abrieron ante ella las puertas a la creación de verdaderas imágenes bíblicas. Por eso se ha convencido de que el iconógrafo debe poner el alma en el icono que pinta, debe conocer a fondo las parábolas religiosas y los santos, porque alguien va a rezar sinceramente ante las santas imágenes.

Sonriendo a la pregunta de si la gente tiene santos "favoritos", Axinia Mileva responde que, según ella, las más populares sean quizás las efigies de la Virgen María, de San Nicolás y de San Mena, el santo protector de la familia muy venerado en Bulgaria. Muchas personas, por motivos diferentes, regalan iconos a iglesias y capillas, a sus amigos, o bien se las llevan a casa. Según Axinia Mileva, lo importante es que de esta manera puede ayudar a que se mantengan vivos los valores y la llama del espíritu. 

Versión en español de Daniela Radíchkova