Las curiosidades históricas y los itinerarios de la capital búlgara revelan la riqueza de una ciudad antigua. Si los turistas deciden conocer mejor Sofía, pueden optar por una manera insólita de hacerlo al adentrarse en el mundo de los relojes de Sofía.
Es difícil decir cuántos son los relojes en la capital. Uno de éstos está montado en las paredes del edificio del Banco Nacional de Bulgaria. El edificio del Banco impresiona por ser sólido y de contornos depurados, se ubica en el mismo centro de la capital, frente al Palacio Real, que hasta la muerte del último zar búlgaro, Boris III, era su residencia. Se encuentra en proximidad al Consejo de Ministros y la Casa Presidencial.
El Banco Nacional fue construido entre 1934 y 1939. Es obra de los arquitectos búlgaros Iván Vasiliov y Dimitar Tsolov. Desde entonces data también el reloj del Banco. Por cierto, el Banco Nacional fue fundado en 1879 y es considerado una las instituciones bancarias más viejas del mundo, no obstante que su edificio actual no era su primera casa. Cada elemento del edificio es auténtico, incluidas las bellas puertas de metal. El edificio no ha sido restaurado desde que fue construido.
Los dos arquitectos búlgaros proyectaron también el edificio de la Biblioteca de la Universidad San Clemente de Ojrid, de Sofía, cuya parte superior también está coronada por uno de los relojes más antiguos de esta capital. La biblioteca fue construida en 1934 y se encuentra en el patio de la Universidad San Clemente de Ojrid. Llama la atención por su arquitectura original, las ventanas semejan arcos, en su interior hay escaleras de caracol hechas de madera. La biblioteca académica conserva en sus depósitos centenares de miles de libros valiosos y manuscritos que utilizan los estudiantes de la más antigua universidad búlgara. El edificio está muy cerca de la Asamblea Nacional, la Academia de Bellas Artes y la Biblioteca Nacional “Santos hermanos Cirilo y Metodio”.

© Foto: Milka Dimitrova

El banco de Burov

Mientras los turistas paseen por una de las más concurridas avenidas de la capital, la de Graf Ignatiev, toparán con un edificio que también impresiona por su arquitectura e historia. Los vecinos de Sofía suelen denominarlo el Banco de Burov porque fue construido en 1921 por el destacado banquero y político Atanás Burov /1875-1954/. El edificio destaca por sus relieves en piedra y por sus esculturas. Parece que dos atlantes arrodillados sostuvieran el reloj montado en la cúpula, encima de éste se aprecian figuras de mármol de niños.
En la cúpula de uno de los edificios más hermosos de la capital, el del Ministerio de Agricultura, también hay un reloj. La historia del edificio comienza en el año 1912 cuando un jurado internacional de arquitectos italianos, austriacos, franceses y búlgaros concedió el primer premio al proyecto del arquitecto búlgaro Nikola Lazarov /1872-1954/. La construcción comenzó apenas en 1920, tras la Primera Guerra Mundial. Ya que el arquitecto Lazarov fue alumno francés, el edificio fue erigido en estilo barroco con una fachada de forma ovalada, dos torres y una cúpula en la cual está montado el reloj. En lo que a la arquitectura se refiere, el edificio se ha conservado tal como era cuando lo construyeron. Fue declarado monumento de la cultura, lo cual excluye toda intervención en su exterior.
Emil Dachev del Museo Politécnico de Sofía estudió la historia de la aparición de los relojes en Bulgaria. A su juicio, en un manuscrito del siglo XVII, se menciona la existencia de un reloj instalado en una torre en la época cuando Bulgaria se encontraba bajo el yugo otomano del cual se liberó en 1878. Emil Dachev cuenta:

© Foto: Milka Dimitrova

Algunos relojes de la capital Sofía

“Los datos más tempranos hablan de un reloj en la ciudad de Plovdiv. En 1612 un viajero describió su estancia en la ciudad y cuenta que vio un reloj muy antiguo, tal vez del año 1550. Posteriormente, torres de relojes aparecieron en muchas ciudades de Bulgaria. Hubo muchos relojeros autodidactas. Por ejemplo, la familia de Jadzhiradonov, de la ciudad de Bansko, hoy en día, famoso centro de esquí. Es difícil decir cuándo apareció el primer reloj en Sofía. Se cree que era a principios del siglo XX cuando a Sofía regresó Georgi Jadzhinikolov quien era el primer búlgaro que se graduó por una escuela de relojes en Suiza. Fue fundador de la primera empresa relojera búlgara Zora, creó también la primera fábrica de relojes, Gnomon”.

Garo Shadian lleva muchos años trabajando como relojero en la capital. A su juicio, ahora está en boga montar nuevos relojes por todo el país. Las demandas son de privados que desean que los edificios nuevos ostenten un reloj. “La gente comienza a apreciar el tiempo y en todo el país resucitan los relojes antiguos o se instalan nuevos”, dice garo Shadian.

Versión al español de Hristina Taseva