Dobrinka recuerda con placer el edificio rojo de la Academia, con su vestíbulo impresionante y sala concertística Duke´s Hall, donde ha tocado y cantado. Su lugar favorito en la megalópolis es la City, lejos de las atracciones turísticas, sumida en silencio durante los fines de semana.

Los músicos jóvenes suelen viajar a menudo y Dobrinka no es una excepción. Para ella vale viajar para descubrirse a sí misma y también la belleza del mundo. Los viajes son una manera de convencerse de que en todas partes las personas y sus deseos son similares, pueden comunicarse entre sí de manera fácil y fructífera, sobre todo si las une el lenguaje de la música.

Uno de sus lugares predilectos cuando viaja es su ciudad natal, Plovdiv, donde de niña contemplaba con júbilo las luciérnagas en el Parque del Zar Simeon, y escuchaba Aída y Carmina Burana en el Teatro Antiguo. Lo que le hace recordar Bulgaria de forma más clara cuando está en el extranjero son la música y la comida búlgaras. En Londres, con frecuencia invita a sus amigos a comer banitsa, bollo tradicional búlgaro, o sarma, un plato consistente en arroz envuelto en hojas de vid o de repollo fermentado.

Según Dobrinka Tabakova, no existe una forma masculina o femenina a la hora de componer música. En todas las obras hay cariño y fuerza del ánimo. El carácter y la personalidad confieren importancia a un compositor.

Dobrinka obtuvo el premio Jean-Frederic Perrenoud durante el cuarto Concurso Internacional de Música en Viena cuando apenas tenía 14 años. Ha ganado otros premios prestigiosos: en 1999 - Witold Lutosławski en Guildhall School of Music, en 2007 – Adam en Kings College de Londres donde defendió su tesis de doctorado en composición, y el premio Sorelle de música coral en Nueva York en 2011.

Su Elogio fue cantado en la catedral Santo Paulo con motivo del Aniversario de Oro de la reina Elizabeth Segunda, en 2008.  Una obra compuesta por Dobrinka Tabakova y con letra de Blaga Dimitrova fue seleccionada para participar en el Festival Mundial Coral Cantos al Sol, en Riga. En 2010,  varias obras de la compositora búlgara fueron incluidas en las Semanas de Mozart en Salzburgo y los Conciertos de Invierno Musikverein de Viena.

Obras suyas han sido interpretadas también en EE.UU., el Reino Unido, Rusia, China, Francia, Alemania, Italia, Austria, Bulgaria, etc. Forman parte del repertorio de intérpretes famosos como Maxim Rysanov, Gidon Kremer, Kristina Blaumane y Natalie Clein.

“Fue nominado un disco compacto de obras mías que grabé en la compañía ECM. Su productor, Manfred Eicher, escuchó algunas de mis obras y le gustaron. Juntos hicimos el plan de un álbum y grabamos una parte en Lituania, con la Orquesta de cámara de Lituania, y en Berlín, con dos de mis amigos entrañables: Maxim Rysanov y Kristina Blaumane. El CD apareció en mayo de 2013 y dio lugar a comentarios muy positivos. Me llena de júbilo y me emociona leer tales palabras de reconocimiento. Me sentí muy feliz al saber que el álbum ha sido nominado a ese premio tan prestigioso y editado por la compañía que publicaba las obras de Hindemith, un compositor de trayectoria artística muy larga. Lo mejor de todo fue que me enteré de la noticia el día antes de venir a Bulgaria para hacer grabaciones en Radio Nacional de Bulgaria con la orquesta de cuerda y el maestro Emil Tabakov. Vine con esta noticia y fue una experiencia inolvidable.”

En la vida de los músicos no hay muchas pausas, suelen hacer planes a largo plazo. Dobrinka no deja de recibir encargos de prestigio. Acaba de componer una obra coral con motivo del 750 aniversario de Merton College, Oxford, y ha empezado a componer una obra con motivo del centenario del nacimiento de Patar Uvaliev, que se celebrará el año que viene. Para el 2016 tiene que componer una cantata para los actos conmemorativos de Shakespeare con motivos del 600 aniversario de su muerte. Son obras que esperamos escuchar con interés.