Somos nosotros quienes más le tememos a Julia Kristeva. En este caso, Julia Kristeva es simplemente el nombre de una persona de éxito excepcional en el mundo occidental. Lamentablemente, aquí todavía no podemos perdonar el éxito a nadie.

Tienen ante ustedes a una mujer de origen búlgaro, nacionalidad francesa, ciudadanía europea, adoptada por los Estados Unidos, señala Julia Kristeva en el documental. Una síntesis de ella misma en su estilo típico. Por eso nos ahorraremos la enumeración imposible de cientos de hechos y decenas de escritos de una enorme biografía vital y artística. Sólo mencionaremos los detalles más importantes: en 1966 se marchó de la Bulgaria totalitarista “con 5 dólares en el bolsillo”, según sus propios recuerdos. Trabajó principalmente en Francia. En EE.UU. trabajó en la Universidad de Columbia en Nueva York. Destaca en el ámbito de la lingüística, la semiología (la ciencia que estudia los sistemas de signos) y la filosofía. Es autora de obras de ensayos y novelas. Ha sido condecorada con altos galardones como la Orden de la Legión de Honor de Francia y el Premio Holberg de Noruega, ha trabajado con intelectuales de renombre mundial como Roland Barthes, Umberto Eco y el búlgaro Tzvetán Tódorov. Y un hecho curioso de los últimos años: Se ha orientado hacia algo muy práctico: ayuda con los métodos del psicoanálisis a jóvenes atraídos por el radicalismo islámico en París, comenta la guionista Iskra Ánguelova.

Y ¿por qué Julia Kristeva es considerada “la última intelectual conocida públicamente”?

Ella se convirtió en uno de esos pensadores del siglo XX llamados intelectuales públicos, creadores de opinión, personas que crean actitudes, que cambian actitudes, que son líderes; eso es, de hecho, lo admirable de su historia, en mi opinión. Sí, tenemos cantantes de ópera brillantes, atletas excelentes, también tenemos Christo pero en el tapiz intelectual –permítaseme la expresión– tenemos a Julia Kristeva y Tzvetán Tódorov –explica Iskra Ánguelova y agrega– : Julia Kristeva es bastante extravagante, extraordinaria y provocativa como autora y como persona, de modo que hacer un documental sobre ella fue realmente un desafío. No se trata de un trabajo científico. Nos hizo correr por todo París, nos enseñó sus lugares favoritos, las confiterías, bibliotecas y tiendas que le gusta frecuentar. Nos presentó algunos de sus amigos y correligionarios, así como su compañero en la vida, el increíble Philippe Sollers. Fue una experiencia muy interesante. Sin embargo, lo más fascinante para mí es su éxito gigantesco en el escenario mundial.

Las ideas más interesantes e importantes de Julia Kristeva son las relacionadas con el individuo, y también su actitud hacia sus raíces, Europa y el mundo. En su novela Asesinato en Bizancio, un hombre de la cosmopolita Santa Bárbara (California) emprende un viaje siguiendo el rastro de un antepasado suyo que se unió a la Primera Cruzada y pasó por las tierras búlgaras, en aquel entonces bajo dominio bizantino.

Ser extranjero es cuestión de elección –dice la afamada búlgara– . Es difícil pero te permite pensar en el otro; es la única manera de ser libre –no pertenezco a ningún lugar concreto y esto me hace una persona libre”. No obstante, se refiere con palabras hermosas a la gente de su patria, Bulgaria, y de toda la región de los Balkanes.

Ese lugar es un verdadero tesoro de rica memoria histórica que, en mi opinión, encuentra expresión en la contenida dignidad con que la población local aspira a seguir viviendo como hombres y mujeres de buena formación y altamente inteligentes, pese al nivel mínimo de vida. Esas personas no merecen estar expuestas a los ataques devastadores de melancolía ni a las consecuencias graves de la dominación económica de la mafia.

Y más de Iskra Ánguelova: Julia Kristeva es atea pero estudia constantemente las ideas cristianas, y también otras ideas religiosas e intenta introducirlas en la vida de la gente moderna.

Sobre Julia Kristeva ya se han hecho varias películas en Francia. El documental ¿Quién le teme a Julia Kristeva? de Iskra Ánguelova (junto con su anterior versión corta, titulada La extranjera) es la primera importante obra cinematográfica nacional sobre esa eminente intelectual mundial de origen búlgaro.

Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: BGNES y archivo