En los años de oscurantismo, el mayor reconocimiento para cualquier personalidad y artista es el de ser rechazado y marginado. Sin embargo, tarde o temprano, el tiempo se pone la toga de juez, rescata del olvido a los desterrados al ostracismo y les designa un pedestal sobre el que pasar a la eternidad.
Medio siglo atrás, las obras de la pintora Lika Yanko fueron estigmatizadas como vanguardistas, y su primera exposición individual, prohibida, pero hoy en día sus cuadros –llenos, al principio, de un colorido refulgente y colmados, al final, de un aliento incorpóreo– “respiran” libremente en la capitalina galería de arte "Kolorit", saturada de luz. La exposición incluye pinturas de todos los períodos de la artista: sus paisajes más tempranos y los retratos de mujeres rodopianas, los “Cuadros de pescadores”, inspirados en la villa costera de Sozópol, los iconos tan característicos de Lika Yanko y obras de arte aplicado con técnica de collage. Hay también cuatro trabajos jamás exhibidos de la artista.
Lika Yanko nació en la capital de Bulgaria, Sofía, en 1928, en la familia de refugiados albaneses. Su imaginación infantil quedó cautivada por las pinturas de los artistas franceses de la segunda mitad del siglo XIX pero la realidad búlgara pronto la hizo sufrir un duro revés cuando sus trabajos de tesis fueron evaluados con un “suficiente” por los profesores de la Academia Nacional de Artes Plásticas. Además, debido a tres cuadros que no encajaban en la “estética” del realismo socialista, su primera exposición individual fue prohibida a los pocos días de su inauguración. Así, Lika Yanko se quedó encerrada en su taller, en medio de sus propias obras, por 14 años.
A pesar de ser hija de emigrantes albaneses, Lika Yanko siempre decía que se sentía búlgara –dice la galerista y comisaria de la exposición Neda Mítkovska–. Tenía tan sólo 15 años cuando fue admitida en la Academia de Artes Plásticas en la clase de Dechko Uzunov e Ilía Petrov, y aún en aquel entonces mostró un estilo audaz y diferente. En el período en que fue prohibida no tuvo exposiciones individuales ni fue incluida en las exposiciones colectivas de la Unión de Pintores de Bulgaria. Sin embargo, fue en aquel momento cuando la descubrió el agregado de prensa francés, y gracias a él vendió cuadros a casi todas las embajadas extranjeras en Bulgaria. Más de 200 pinturas nacidas bajo el pincel de Lika Yanko forman parte de colecciones privadas en Europa, Estados Unidos, América del Sur, Indonesia, etc. En el período creativo más activo de la pintora, los conocedores del arte estaban divididos: sus obras fueron reconocidas por algunos y rechazadas por otros.
La artista siempre se sintió atraída por todo lo que era audaz, extraño e inusual, y esto está incrustado en sus obras.
Su primera exposición individual fue en 1967. Los temas de sus obras y las obras mismas no tenían precedentes en aquel momento, y el estilo que presentó fue creado por ella misma y, posteriormente, perfeccionado –prosigue Neda Mítkovska–. La exposición fue clausurada al sexto día de su inauguración y a la artista se le impuso una prohibición de exponer sus pinturas hasta 1981, debido a que los entonces gobernantes la acusaron de vanguardismo, formalismo e indisciplina. Sin embargo, ella no dejó de crear durante esos 14 años y vivió sólo con su arte, que fue muy reclamado por embajadores y diplomáticos extranjeros”.
Lika Yanko realmente admiraba a Vincent van Gogh y reconocía su influencia sobre ella. Solía llamarle “maestro espiritual”. El crítico francés Pierre Restany comparó a Lika Yanko con Picasso a lo que ella respondió modestamente “Yo soy sólo Lika”.
“La artista estaba influenciada por Paul Cezanne, Van Gogh y Paul Gauguin. Impresionada por los famosos cuadros de bailarinas de Edgar Degas, comenzó a practicar ballet para estudiar sus movimientos y recrearlos de forma más realista en sus obras. A Lika Yanko se le califica como “El señor del color blanco”. La propia artista afirmaba que la pintura blanca nunca le alcanzaba, que el blanco era el color de Dios. Incrusta en sus obras objetos no convencionales; utiliza cáscaras de mejillón, guijarros, cordeles, cuerdas, materiales naturales que la acercan a la naturaleza. Sus formas son extrañas, algunos incluso dirían que, a momentos, parecen feas y deformadas, pero están diseñadas de una manera perfecta. En general, su arte es de un espectro muy amplio.
Lika Yanko abandonó este mundo en 2001 permaneciendo hasta su último aliento frente al caballete pincel y paleta en mano.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Diana Tsankova
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