La historia de Bulgaria está plagada de multitud de fechas y acontecimientos que se merecen el respeto y la admiración de todos los búlgaros. No por casualidad una parte de esas fechas han sido declaradas fiestas oficiales. Sin embargo, pese a tratarse de unos días feriados en los que uno pueda escaparse de la ciudad por un rato, en esos días uno puede reflexionar sobre ,a quién, salvo a sus padres, se debe el hecho de que haya nacido en Bulgaria y pueda llamarse con plena seguridad ciudadano digno y libre de este país. Es que la libertad no es un don eterno sino que se ha conquistado al precio de gran número de víctimas y privaciones.

El 3 de marzo de 1878-19 de febrero según el calendario antiguo-el Tratado de Paz de San Stefano ponía fin a la guerra ruso-turca libertadora para Bulgaria. Bulgaria se convirtió en un gran principado autónomo del que formaron parte tierras extensas, reconocidas anteriormente por el sultán turco como tierra del Exarcado ortodoxo búlgaro. Sin embargo, fue muy breve la euforia despertada por aquel tratado que sólo era provisional y estaba sujeto a una revisión. Se efectuó la misma varios meses después, en julio de 1878 , cuando en el Congreso de Berlín las Grandes Potencias europeas resolvieron partir Bulgaria en tres.


En los confines de ésta se quedaba únicamente el pequeño Principado de Bulgaria-formado por las tierras del norte de Bulgaria y de la región de Sofía-, vasallo del sultán. Rumelia Oriental , una región autónoma en el marco del Imperio otomano, se sumó al principado en el año 1885 mientras Macedonia y otras tierras fueron restituidas al Imperio otomano.

Los búlgaros recibieron una pequeña compensación por aquella injusticia apenas 30 años más tarde, cuando el 22 de septiembre de 1908 el príncipe Fernando-proclamado en esa fecha zar de los búlgaros-proclamó en un Manifiesto que el Principado se convertía en reino búlgaro independiente.


Ocurrió aquello en Tirnovo, antigua capital de Bulgaria, como un acto cargado de simbolismo: la continuación del II Reino búlgaro que había existido hasta finales del siglo XIV.

En el Fondo Sonoro de Radio Nacional de Bulgaria se guarda un registro de Sava Dimitrov, actor de la ciudad de Veliko Tirnovo, quien lleva ya 17 años reencarnándose en el papel de Fernando para dar lectura al Manifiesto que proclama la Independencia:

El 19 de febrero de 1878 rompimos las cadenas de la esclavitud que durante siglos mantenían a Bulgaria encadenada, que antaño era un país tan grande y tan glorioso. Desde aquella fecha hasta hoy, durante treinta años seguidos el pueblo búlgaro inamoviblemente fiel a la memoria de los luchadores populares por su libertad, e inspirado por sus legados, ha venido trabajando incansablemente por el ordenamiento de su hermosa tierra y ha creado de ésta bajo mi dirección y la del  difunto Príncipe Alejandro un Estado que es digno de ser miembro de derechos iguales en la familia de los pueblos civilizados. Siempre amante de la paz, mi pueblo anhela hoy un progreso cultural y económico. En este sentido nada debe frenar a Bulgaria en sus ansias de lograr la prosperidad .Tal es el deseo del pueblo, tal es su voluntad. y que sea como  él lo quiere Nuestro Estado independiente tropieza en su desarrollo normal y sereno en unas cadenas con la ruptura formal de las cuales se eliminará asimismo la tibieza que se ha producido entre Bulgaria y Turquía. Mi pueblo y yo celebramos sinceramente el resurgir político de Turquía. Ésta y Bulgaria ,libres e independientes una de la otra, contarán con todas las condiciones para crear y afianzar sus lazos de amistad y entregarse a un pacífico desarrollo interno. Inspirado por esta luminosa obra, para responder a las necesidades del Estado y al deseo de pueblo y con la benevolencia del Todopoderoso, proclamo a la Bulgaria , reunificada el 6 de septiembre de 1885,reinobúlgaro independiente y, junto con mi pueblo ,creo profundamente que  este  acto nuestro recibirá la aprobación de las Grandes Potencias y la sensibilidad de todo el mundo ilustrado. Viva Bulgaria libre e independiente.

Desde aquel día Bulgaria ya podía llevar una política exterior y económica independiente y desvelarse por los intereses de sus ciudadanos tanto dentro de sus confines como en el extranjero. El cumplimiento del sueño de unidad de varias generaciones de búlgaros se fue volviendo cada vez más real y fue incitando al pueblo de Bulgaria a que continuara su lucha en aras del ideal nacional :la convivencia en una patria común de todos los búlgaros. Hoy, 110 años después de aquella fecha memorable todo se encuentra distinto, y las expectativas y ansias de los búlgaros se orientan en diferentes sentidos. La unidad en aras del ideal de independencia de los búlgaros, patentizada hace poco más de un siglo aparece ahora casi como un recuerdo. Es por ello que fechas remarcables de la historia búlgara como la del 22 de septiembre no son simples días feriados sino sendos motivos de alta autoestima como nación.