El Seminario Sacerdotal de la capital de Bulgaria celebra el 115 aniversario de su creación. El Seminario, construido en 1903 sobre un solar donado por el Ayuntamiento de Sofía, es continuador de la obra de la Escuela de Teología de la ciudad de Samokov. Durante decenios, además de los conocimientos en teología, los seminaristas adquieren habilidades en las diferentes artes eclesiásticas. En todos estos años su formación y educación se ha atenido invariablemente al espíritu y las tradiciones de los valores cristianos, a pesar de las dificultades durante las guerras y los años de ateísmo. En 1950, o sea, pocos años después del ascenso al poder del Partido Comunista Búlgaro, las instalaciones del Seminario Sacerdotal pasaron a convertirse en un Palacio de los Pioneros. El seminario fue trasladado al Monasterio de Cherepish en el que siguió hasta el año 1990.

Efectivamente, toda persona que iba a cursar estudios en el Seminario cargaba con la predestinación de que sería marcado por el estigma de hombre que habría terminado sus estudios en el Seminario Sacerdotal, dice entrevistado por Radio Nacional de Bulgaria el archimandrita Pacomio, rector del Seminario. En aquella época en poder se empeñaba en desvincular a esas personas amenazando a sus padres con que se quedarían sin sustento, sin empleo, que serían también perseguidos, como realmente ocurrió con gran número de personas. No obstante, quienes iban a cursar estudios en el Seminario Sacerdotal lo hacían con el deseo sincero auténtico de seguir ese camino. Desde la fundación de la Iglesia hasta hoy en día, por mucho que intentaran algunas fuerzas malignas combatir la Iglesia, lo que ocurría en realidad, era una multiplicación del número de fieles.

En la época actual la aspiración a la vida espiritual ha ido mermando, sea por el largo período de ateísmo, sea por las ansias de disfrutar de las adquisiciones materiales que alteran el sistema de valores.

Actualmente cruzamos por un período duro para los jóvenes y la posibilidad de que se confundan en su camino mientras buscan la verdad es bastante importante. La fe es una elección del libre albedrío, es un sacramento que se establece entre el ser humano y Dios. Esto ocurre en el corazón. Nosotros, en el Seminario podemos ofrecer la fe pero no la podemos inculcársela al alumno de manera alguna.

Pese a las dificultades, el claustro de enseñantes del Seminario Sacerdotal consigue despertar el interés por la fe de sus educandos y enseñarles a conservar el fuego de lo espiritual en sus almas. Por más de un siglo este centro espiritual mantiene conservadas las tradiciones en la educación étnica y eclesiástica de los seminaristas. Actualmente cursan estudios en el Seminario cien chicos, y para el nuevo año lectivo sólo se han matriculado 15. Lo que importa es que estos jóvenes lleguen guiados por su deseo sincero y personal, sin ser forzados a hacer esta opción, destaca al archimandrita Pacomio y agrega: Los educandos están en el Seminario las 24 horas del día, 7 días a la semana y de este modo no sólo su formación, sino también su educación son de la incumbencia de los enseñantes. Nosotros también desempeñamos el papel de padres. Tenemos buenas instalaciones, contamos con un parque en el que los alumnos descansan y estudian en medio de la naturaleza. Ofrecemos libros de texto gratuitos, la comida lo es también como también el alojamiento. Pocas escuelas se pueden jactar de tener las condiciones que nosotros ofrecemos acá. Desde luego, son también importantes las reglas por las que se rige el Seminario y las que han dado buenos resultados a través de los años. Es por esto que conservamos esta tradición que es sana y beneficiosa para los estudiantes.

Según Antón y Asen, dos de los alumnos, las reglas y los principios rigurosos en el Seminario están educando el espíritu. No hay una presión por parte de los profesores, todos se atienden mutuamente, vivimos formando una gran familia, dicen los dos. Agregan que disponen de tiempo de ocio suficiente y que al término de las clases van a entrenarse en fútbol y que incluso viajan a menudo a sus lugares natales. El profesor, hieromonje Melecio, añade: Los problemas, continuamente comentados de los jóvenes- sus dificultades, su adicción a las drogas, etc.- estriban en el problema que es la falta de sentido en su existencia. En el Seminario Sacerdotal procuramos, ante todo, fomentar un vínculo entre la vida de cada educando y el sentido de la vida que, para nosotros, es Jesucristo. Es algo que ofrece importantes perspectiva.

Es errónea la idea de que los estudiantes que concluyan su formación en el Seminario deban ser obligatoriamente sacerdotes. Es que ellos reciben una formación laica y, lo que es lo más importante, una educación buena y clásica, señala el archimandrita Pacomio, rector del Seminario Sacerdotal de Sofía.

Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Archivo