Con el advenimiento del Año Nuevo llega la época en la que el búlgaro va recibiendo el mayor número de visitas a su hogar. Según una rancia tradición se visita a una persona que celebra su onomástica sin contar para ello con previa invitación, y en este primer mes del año son numerosos los búlgaros que festejan sus onomásticas. Enero es asimismo el mes relacionado con los juegos de los kukeri. En ciudades y pueblos las casas están listas para acoger y apreciar la danza de esas personas disfrazadas. Se cree que por sus disfraces que meten miedo los kukeri son capaces de ahuyentar a las fuerzas malignas al asecho en proximidad a los humanos.

En la aldea de Zhabokrug, de la región de Kiustendilрhay dos grupos de kukeri que la recorren ya desde las 8 de la mañana del día 1 de enero. Se espera su llegada a cada casa, y estos grupos están integrados por hombres de edad diferentes y hay entre ellos estudiantes universitarios, alumnos, obreros y hasta policías profesionales El primer día del año van recorriendo las casas luciendo sus tradicionales trajes hechos de pieles de animales. Todo el mundo los acoge con alegría y alborozo y les obsequia con monedas de hierro para que tengan buena salud. Forman parte de los obsequios también productos caseros a base de carne, hogazas, hojaldres y vino.