La Iglesia Ortodoxa Búlgara honra hoy a santa Petka Paraskeva de Tarnovo. Esta fiesta es conocida popularmente como “Petkovden”. Santa Petka, una de las santas más veneradas de Bulgaria, nació en la ciudad de Epivat, en la costa del mar de Mármara, en el siglo XI. Llevó una vida piadosa, y tras su muerte se le atribuyeron poderes curativos que se convirtieron en símbolo de la lucha por la preservación de la cultura cristiana de la asimilación islámica. En 1238, el zar Ivan Asen II trasladó sus reliquias a la actual ciudad de Veliko Tarnovo, donde se conservaron hasta que los turcos conquistaron la ciudad. Después de largos viajes en 1641, las reliquias de la santa se trasladaron a la catedral de la ciudad rumana de Iasi, donde permanecen hasta el día de hoy. En la tradición popular, Petkovden es considerado como el final del otoño y el ciclo agrícola activo, y es tradicional se realizan ofrendas “kurban” y servicios religiosos por salud y fertilidad.