“La Corriente balcánica y la interconexión gasista con Grecia no están peleadas sino que aportan ambas a la auténtica diversificación en toda la región. El porvenir de las centrales térmicas a carbón no es color de rosa de manera que las plantas nucleares de Belene y Kozloduy se transforman en dos instalaciones de suma importancia para el balance energético de Bulgaria en la futura decena de años. El sector nuclear no debe vivir regido por dogmas, máxime cuando se trata de energías verdes, pureza del aire, calidad de vida”. Así lo manifestó el primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, al reunirse con expertos del Departamento de Estado de los EE.UU y del Departamento de Estado para la Energía. Los expertos energéticos estadounidenses llegaron a Bulgaria en conformidad con lo acordado en la cumbre Borisov-Trump el pasado 25 de noviembre en Washington. El objetivo de su visita es informarse en detalle con el funcionamiento de las empresas energéticas búlgaras. El lunes la delegación hizo una visita al solar para la segunda planta nuclear búlgara, en Belene, y en los próximos días visitará la central termoeléctrica Maritsa Este 2 y la central nuclear de Kozloduy.