El plan de la CE de reducir el calentamiento global y de convertir Europa en un continente neutro en emisiones de carbono hasta el año 2050 en vigor del Acuerdo de París, el llamado Pacto Verde, no ha sido acogido con gran entusiasmo por los sindicatos búlgaros. A su juicio, las nuevas políticas europeas tendrán un impacto pernicioso en sectores como el transporte, la agricultura y las industrias de extracción. A pesar de las aseveraciones de la Asamblea Nacional de que el país conservará sus centrales eléctricas de carbón, los sindicatos y los empleadores aceptaron con reservas las medidas incluidas en el Pacto Verde de la UE.

Las condiciones desfavorables para Bulgaria fueron debatidas en una reunión entre los sindicatos y la ministra de Energía, Temenuzhka Petkova, que subrayó que Bulgaria defenderá los intereses del sector de extracción de carbón. 

En el plan integrado “Clima-energía” que hemos diseñado, hemos señalado claramente que hasta el año 2030, con horizonte hasta 2050, Bulgaria seguirá contando con sus centrales eléctricas de carbón, ha comentado la ministra Petkova. La condición que ha planteado la UE para aprobar la prolongación de la ayuda estatal a las centrales eléctricas es que los hogares vayan beneficiándose paulatinamente de los servicios del mercado libre de electricidad.

En palabras de Dimitar Manolov, presidente de la Confederación de Trabajo Podkrepa, esta próxima liberalización del mercado de energía eléctrica supone el aumento del precio, y en Bulgaria en estos momentos la electricidad es de las más caras del Viejo Continente. El precio de la electricidad no será igual para todos teniendo en cuenta que los salarios en Bulgaria son de los más bajos en la UE, ha subrayado Monolov. Por su parte, el presidente de la Confederación Nacional de Sindicatos Búlgaros, Plamen Dimitrov, ha calificado el Pacto Verde de “no realista” sobre el telón de fondo del 9% de los gases de efecto invernadero que se emiten en la UE frente al resto de las emisiones de dióxido de carbono en el mundo. 

La verdad es que todo depende de los EEUU y China y hasta el momento los EEUU siempre han despreciado las reglas verdes de Europa. China, por su parte, se propone invertir en el uso de fuentes de energía renovables pero teniendo en cuenta el enorme consumo éstas no resuelven el problema. El resto de Asia y África también se ha encaminado a la industrialización en la base de la extracción de carbón. 

Hasta 2030 Bulgaria seguirá utilizando sus centrales de carbón ya que son básicas para para su sistema energético. Por otra parte si el país reduce su uso esto no aportará a la disminución total de los gases de efecto invernadero en Europa, ya que Turquía, Serbia y Macedonia del Norte seguirán utilizando carbón. Ellos no tienen el compromiso de reducir sus emisiones y no compran cuotas de carbono. 

En palabras de la ministra de Energía, Temenuzhka Petkova, esto entraña un riesgo para la economía búlgara porque Turquía en la práctica produce energía más barata. Por su parte, los expertos advierten que si entra en vigor el Pacto Verde el precio de la energía puede aumentar mucho. Esto significa que toda industria que necesite mucha energía perderá su competitividad si se encuentra en Europa. El efecto sería el empobrecimiento drástico de la población. 

Por esto la postura de los sindicatos búlgaros es firme: Bulgaria no debe aceptar una reducción de sus emisiones de carbono que supere el 45% actual. El dinero de su comercialización por valor de más de 500 millones de euros al año debe seguir respaldando la seguridad energética búlgara y de ninguna manera debe permitirse que el dinero se ingrese en un fondo común europeo.

Material basado en información de Televisión Nacional Búlgara y Radio Nacional de Bulgaria: Darina Grigorova 

Versión en español de Hristina Taseva