Alexandrina se ha establecido con su familia en la capital gala, París, pero confiesa que no puede imaginar la vida sin el “aire de Sofía” y sus lugares favoritos en Bulgaria. Por lo general, siempre consigue encontrar un hueco en sus numerosos compromisos para hacer una breve escala en Sofía, su ciudad natal, y visitar a familiares y amigos. Durante uno de estos retornos, la pandemia la cogió por sorpresa en su casa de Sofía.
Vine a Bulgaria por unos días, pero en ese momento decretaron el estado de emergencia, cancelaron todo tipo de actuaciones públicas y así fue cómo me quedé en casa. En realidad, sin embargo,me siento feliz −dice la soprano− . Nuestra vida ha cambiado por completo y nos hemos dado cuenta de lo bien que podemos vivir con muchas cosas menos de las que estamos acostumbrados. Para mí, este cambio es realmente bienvenido, es un estado desconocido de sosiego,un retorno al alma, a nosotros mismos y a los seres queridos. En fin, un regreso a casa también en el sentido figurativo. Creo que todo ello no es casual y es bueno para el próximo paso adelante y arriba que dará, sin duda, la humanidad, como suele suceder después de cada crisis. Es un paso necesario para reconsiderar nuestro camino. Me gustaría mucho que nos diéramos cuenta de cuán fuerte es el vínculo que nos une a todos en este planeta, hasta qué punto dependemos el uno del otro y cuán necesario es dejar que la luz llene y abra nuestra alma, que ilumine a todo el universo, porque la luz de cada persona traerá luz a todos. Lo que sucede ahora es necesario para darnos cuenta de algo muy simple: todos nosotros, desde los príncipes y primeros ministros hasta los indigentes, somos seres humanos. Estamos susceptibles a las mismas enfermedades, a las mismas alegrías, a los mismos miedos, y somos un todo capaz de hacer frente también a cualquier reto. La luz es la que nos conduce por este camino, ella puede iluminar al mundo entero. Deseo a todos que vivan en plenitud este “retorno a casa”, que aprovechen al máximo el tiempo para adentrarse en los rincones más recónditos de su alma, para abrazar con afecto a sus seres queridos y ser partícipe del afán de mejorar el mundo y las condiciones en las que vivimos. Aprovechen al máximo este tiempo, sumérjanse a los rincones más profundos de su alma, abracen a sus seres queridos con amor, sean parte del cambio para mejor del mundo y las condiciones en que vivimos.Si todos y cada uno de nosotros aporta su granito de arena, todos nos sentiremos mejor. Aprovechemos de este tiempo con alegría y gratitud, porque no nos fue dado por casualidad.
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