Ilía Markov Popgueorguíev, conocido como Ilo Voivoda, es uno de los pocos participantes en los procesos de liberación en todas sus etapas: desde los grupos de los guerrilleros haiduci que luchaban contra los opresores otomanos hasta los combates militares gracias a los cuales se llegó a la liberación de Bulgaria. Lo llamaban el voivoda de los voevodes. El pueblo búlgaro le dedicó canciones, y sus contemporáneos lo describían como sumamente valiente, de fuerte voluntad y carácter, un hombre honesto y bien intencionado de una moral envidiable.

Ilo voivoda nació el 28 de mayo de 1805 en la ciudad de Bérovo (en la actual Macedonia del Norte), en la región histórica de Maleshevo. En 1850, defendiendo a sus familiares, entró en conflicto con las autoridades otomanas. Reunió un grupo pequeño con el cual recorría las zonas de Maleshevo, Piyanets y Osogovo, y su hermana María Popgueorguíeva era la abanderada. Durante la Guerra Ruso−Turca de 1877 a 1978 fue el comandante de todos los destacamentos mixtos de voluntarios. Con 80 años de edad, se alistó como voluntario en la Guerra Serbo−Búlgara de 1885. Fue condecorado en varias ocasiones con órdenes de valentía. Después de la Liberación de Bulgaria del yugo otomano, en 1878, se asentó con su familia en la ciudad de Kyustendil, en el suroeste del país. A finales de los años 70 del siglo XX, la casa en la que vivió fue restaurada y en la actualidad acoge el Museo de las Luchas de Liberación Nacional en la región de Kyustendil.

“La exposición fue inaugurada en 1981 −cuenta Véselka Kiskímova, curadora del Museo− . Disponemos de muchas fotos y materiales, con énfasis en la vida y obra de Ilo Voivoda. A los 20 años de edad comenzó a trabajar como celador del Monasterio de Rila, donde conoció a Neófito de Rila (una de las principales figuras del movimiento de la Ilustración nacional en la primera mitad del siglo XIX y superior del Monasterio en el periodo de 1860 a 1865), así como a otras personalidades de la Ilustración búlgara. A menudo hacía caminatas por la montaña de Osogovo, donde se reunía con otros luchadores por la libertad nacional. En 1877, cuando comenzó la Guerra Ruso−Turca, Ilo Voivoda se encontraba en el hospital con una herida de bala sin cicatrizar que dañó su mano derecha. Fue invitado por el mando del Ejército ruso a unirse a éste como comandante de un destacamento, abandonó el hospital y viajó a la ciudad danubiana de Svishtov, donde ya se encontraba el cuartel general ruso. Después de la Liberación de Sofía en 1877, participó en la liberación de las localidades vecinas de Rádomir, Pernik y Dúpnitsa. Las tropas de liberación rusas y el destacamento de Ilo Voivoda entraron en Kyustendil el 11 de enero de 1878, pero el avance de las legiones otomanas los obligó a retirarse en las sierras cercanas, donde esperaron los refuerzos. El 17 de enero (29 según el nuevo estilo) la ciudad de Kyutsendil fue liberada. En aquel momento, el destacamento de Ilo Voivoda contaba con 300 personas”.

En la exposición del Museo de Kyustendil se pueden apreciar armas y fotos del voivoda, de sus hijos Iván y Nikola, así como de muchos revolucionarios búlgaros, incluido el Apóstol de la Libertad Vasil Levski. En el Museo se pueden ver asimismo dos grandes lienzos donados por su autor: el renombrado pintor búlgaro Nikola Mirchev. Uno de ellos representa a Iyo Voivoda y su destacamento, y el otro representa a Rúmena Voivoda.

“Ella nació en esta región, en la aldea de Guiúeshevo en 1829 −explica Véselka Kiskímova− . Era una mujer muy bella y enérgica. Decidió unirse al destacamento de Ilo Vaivda con su pequeña compañía,pero él no la aceptó porque no quería una mujer en su destacamento”. 

En proximidad del Museo de las Luchas de Liberación Nacional en la región de Kyutendil se encuentran las casas restauradas de otras dos figuras revolucionarias locales: Konstantín Popgueorguíev−Bérovski y Tonche Kadinmostki. Junto con la casa de Ilo Voivoda, estos edificios de la época del Renacimiento Nacional búlgaro (siglos XVIII a XIX)forman un complejo memorial, en cuyas inmediaciones se yergue el monumento al voivoda. De 7 metros de altura, esculpido de granito, su aspecto es más que impresionante, igual que la obra del último haiduk búlgaro.

Fotos: Facebook/ Museo de Historia Regional de Kyustendil y Albena Bezovska