El turismo alternativo es un conjunto de prácticas sostenibles que apuntan, por igual, a satisfacer los intereses y necesidades individuales del turista y a conservar la naturaleza y cultura autóctonas. Se enfatiza en el roce con el entorno natural conservado y en el asomo al ambiente y cocina genuinos y a las tradiciones conservadas.
”Este tipo de turismo en medio de una pandemia, viene a socorrernos ya que implica la formación de pequeños grupos de turistas y no contempla grandes aglomeraciones de personas −señala para Radio Bulgaria Ekaterina Tersíeva, creadora de la nueva plataforma de “turismo lento”− . El transporte, en la mayoría de los casos, es individual. Los operadores de turismo alternativo son flexibles y capaces en estas condiciones sorpresivas de seguir ofreciendo recorridos culturales, turismo ecológico rural, travesías a lomo de caballo o esquí, buceo. Ofertamos recorridos gastronómicos, vinícolas, de peregrinaje y urbanos, como también traslados a festivales de alimentos y tradiciones locales”.
Se esperan cambios, amén de los que ocurren en las propensiones de los turistas, en el transporte y la organización integral de la industria del hospedaje. Se prestará mucha más atención a la higiene, y los productos en la esfera turística se ajustarán a las nuevas exigencias de distancia de seguridad.
El transporte ferroviario es también una forma interesante para el turismo alternativo.
“Bulgaria es destino atractivo para este tipo de viajes para los turistas austriacos, británicos, alemanes y serbios −puntualiza Ekaterina Tersíeva− . Se puede impulsar el desarrollo de este tipo de traslados gracias a la línea del ferrocarril de vía estrecha desde la localidad de Septemvri hasta la de Dobrínishte; es un trayecto que enlaza la parte de la Llanura de Tracia con las montañas Rila, Pirin y Ródope. Es un hecho curioso el que se trata de la línea de vía angosta única en Bulgaria, con una distancia de 760 milímetros entre raíles. Además, esta es la vía férrea más elevada en los Balcanes, ya que uno de sus apeaderos, Avrámovo, se encuentra situado a una altura de 1.267 metros sobre el nivel del mar. En febrero del año en curso, este ferrocarril de vía estrecha pasó a formar parte de la clasificación establecida por el diario británico "The Guardian" de los 10 viajes en tren más pintorescos de Europa”.
El movimiento internacional Slow Food, o sea comida lenta, se gestó en los años 80. Paralelamente, fue cobrando cuerpo la idea de que por medio de la comida se podría luchar contra el modo de vida ajetreado, dinámico y estresante. Este tipo de recorridos también se convierten en una alternativa a las vacaciones del tipo ”en verano descanso a orillas del mar, y en invierno en la montaña”. Los viajes “lentos” pretenden darle a uno la oportunidad de escapar del tenso día a día del que son víctimas los habitantes de las grandes aglomeraciones urbanas.
”Los viajes gastronómicos representan una oportunidad para ayudar a los productores nacionales en la grave situación económica al acortar el camino entre éstos y los consumidores −comenta Ekaterina Tersíeva− . Las comunidades locales y su cultura, las curiosidades naturales de Bulgaria también pueden ser representadas a través de la comida y la gente que la esté elaborando. En estos viajes al campo, a las aldeas, en pos de la identidad y las raíces se producen vivencias muy fuertes. La buena comida es de calidad, sabrosa y saludable. Es limpia, o sea producida en forma en que no afecta al medio ambiente; también es honesta, pues se ofrece a precios accesibles para los consumidores y a la vez justos para quienes la elaboran”.
Ekaterina Tersíeva estima que en los próximos meses irá intensificándose el turismo a nivel local:
”Ahora es el momento de aprovechar mejor las oportunidades turísticas que ofrece nuestro país, ya que Bulgaria es un país rico en todo. Podemos empezar por las fuentes de aguas termales, mencionar la gran abundancia de plantas medicinales, por la que este país ocupa el segundo puesto mundial después del Himalaya. Tenemos un mar y magníficas montañas de tipo diverso: tanto de relieve más bien alpino, adecuado para deportes extremos, como también otras no tan agrestes como el Ródope y la mística sierra de Strandzha, que implican conocimientos relacionados con los santuarios de los tracios. Espero que Bulgaria, en medio de la pandemia, podrá mostrar tanto a los turistas nacionales como a los extranjeros todas sus posibilidades turísticas”.
Un sondeo de mercadotecnia encargado por los creadores de la plataforma de “turismo lento”, señala que se muestra interesado en tal tipo de recorridos un círculo amplio de personas de grupos de edad que van de los 25 a los 65 años. Ekaterina Tersíeva describe a estas personas como gente de buen nivel de estudios, patriota, o simplemente gente que ya se ha hartado del producto turístico convencional y se decanta, curiosa, por lo novedoso y lo distinto.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: cortesía de Ekaterina Tersíeva, archivo personal y slowtours.bg
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