En el centro de Sofía, en proximidad al llamado Triángulo del Poder comprendido entre las sedes de la Presidencia de la Nación, el Consejo de Ministros y la Asamblea Nacional, se encuentra uno de los edificios más vigilados de la capital: el del Banco Nacional de Bulgaria (BNB, por sus siglas en búlgaro). La primera piedra para su construcción se colocó el 20 de octubre de 1935.
La historia
El 25 de enero de 1879, el comisario imperial ruso en Bulgaria, el príncipe Aleksandr Dondukov−Korsakov, aprobó los Estatutos del Banco Nacional de Bulgaria. El 4 de abril de ese mismo año fue nombrado el primer gobernador del Banco Nacional y el 23 de mayo la entidad fue inaugurada oficialmente. La primera operación bancaria fue realizada el 6 de junio de 1879.
Al principio, el BNB era un banco estatal central controlado por el ministro de Finanzas. Atendía las necesidades del Presupuesto Público y la actividad de caja del Estado y realizaba operaciones bancarias inherentes a un banco comercial, sin derecho de imprimir billetes y ponerlos en circulación. Con la Ley de Constitución del Banco Nacional de Bulgaria y los nuevos Estatutos, aprobados en 1885, el Banco se reorganizó y su autonomía se amplió, permitiéndosele imprimir billetes. Así, ese mismo año fueron puestos en circulación los primeros billetes búlgaros.
El edifico que albergaba el Banco Central desde 1894 hasta la construcción de su nueva sede se encuentra muy cerca del lugar donde ésta se ubica en la actualidad. Debe su hermoso continente al proyecto del arquitecto suizo Heinrich Meyer, autor asimismo del mausoleo erigido en memoria del príncipe búlgaro Alejandro I de Battenberg. La fachada del edificio aún conserva sus múltiples elementos decorativos y la notable cúpula metálica.
Las obras de construcción del actual edificio del Banco Central se iniciaron el 20 de octubre de 1935. Junto con la colocación de la piedra angular de la construcción, en sus cimientos fue depositado un mensaje a las generaciones venideras que se conserva en los archivos del Banco. El edificio se construyó en cuatro años, hasta 1939, en el corazón de la capital, en diagonal al Palacio Real. El proyecto es de los arquitectos búlgaros Iván Vasilov, Dimítar Tsolov, Jristo Peshev y Borís Kapitanov.
Hoy en día la sede del Banco Nacional es monumento de la cultura y uno de los edificios más vigilados de Bulgaria. Muchos de los objetos valiosos que atesoran sus bóvedas siguen siendo un secreto, pero uno de ellos es sin duda el bastón de mariscal, elaborado con motivo del 25º aniversario de la ascensión al trono del zar Boris III. Del encargo y la elaboración de esta batuta estaban al tanto solo unos pocos miembros del Consejo de Ministros.
Un dato curioso sobre el edificio del BNB es que, con la ayuda de una red de túneles subterráneos, está conectado con algunos edificios e instituciones gubernamentales clave, incluido el ya inexistente mausoleo de Gueorgui Dimitrov (primer ministro de la República Popular de Bulgaria, secretario general del Partido Comunista Búlgaro y de la Internacional Comunista), el Palacio de Justicia y el Palacio Real. Cuántos de estos túneles existen todavía es un misterio.
Versión al español de Hristina Táseva
Fotos: archivo
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