Los vuelos baratos, el alojamiento asequible y los precios bajos de la comida y el transporte convergen para convertir los centros de veraneo búlgaros en el mar Negro en los destinos turísticos marítimos más accesibles de la Unión Europea.

Por esta razón, amén de los grupos de turistas organizados, llegan a este país numerosos turistas individuales, básicamente mochileros y jóvenes de toda Europa quienes, vía Internet, organizan por su cuenta sus vacaciones de verano en el mar Negro.

A continuación se ofrecen varias sugerencias de cómo trasladarse desde la capital de Bulgaria, Sofía, hasta centros vacacionales del litoral meridional del mar Negro, utilizando transporte público en la forma más barata y cómoda posible.

Imaginemos que uno llega al aeropuerto de Sofía a bordo de un vuelo de bajo coste y desea visitar la ciudad marítima de Burgás y centros vacacionales marítimos de la costa sur. El aeropuerto dista una decena de kilómetros del centro de Sofía, y el precio del billete unidireccional para el transporte público es de 0,82 euro. Se aconseja viajar en metro por ser el transporte público más rápido en la urbe. En una media hora se llega en metro a la zona de las colindantes Estación Central de Ferrocarriles y Estación Central de Autocares, que constituyen sendos puntos de partida rumbo a las soleadas playas del mar. Hay que tener en cuenta de que la distancia entre Sofía y Burgás es de 418 kilómetros. El precio del boleto de ida en tren entre las dos ciudades varía de 10 a 23 euros en función del itinerario, el número de paradas intermedias y la necesidad de transbordos. El viaje dura de 5 a 7 horas. El tren más rápido para la costa sur del mar Negro sale de la Estación Central de Ferrocarriles de Sofía a las 23:00, hora local, y llega a Burgás a las 05:00 de la madrugada. El boleto de ida cuesta unos 20 euros. Los pasajes en los autobuses que parten con destino a Burgás desde Sofía cuestan casi lo mismo que los boletos en tren y la duración del viaje es la misma.

Tras pasearse por Burgás y recorrer sus curiosidades, el turista probablemente querrá darse una vuelta por los centros vacacionales y núcleos poblacionales cercanos. Hay que tener en cuenta que, debido a la crisis causada por la Covid−19, una buena parte de las líneas de autobuses no funcionarán este verano. Por esta razón, hay que informarse con antelación de los horarios, accediendo a los sitios electrónicos de las estaciones de autobuses en la costa, o bien acudir personalmente a éstas para conocer las posibilidades de viajar al destino elegido.

Así, por ejemplo, en la estación de autobuses de Burgás funciona una línea regular al balneario de Ajtópol, situado a 77 kilómetros al sur de Burgás. Se llega a Ajtópol en 1 hora y 45 minutos, y el boleto de ida cuesta unos 5 euros. Otra alternativa serían los minibuses de ruta fija, que enlazan la mayoría de poblaciones. Si uno se encuentra, por ejemplo, en la ciudad de Tsárevo, podrá trasladarse en media hora en dicho minibús, a la hermosa localidad de Sinemorets, el punto más meridional del mar Negro. El pasaje de ida cuesta unos 5 euros.

Tras hacer acopio de impresiones y de sol al sur de Burgás, posiblemente le entren a uno deseos de conocer la costa norte en la que se ubica Varna, la capital marítima de Bulgaria. Para ello hay que tener en cuenta que en las zonas del litoral del mar Negro no hay conexión ferroviaria y que se debe apostar íntegramente por las líneas de autobuses y minibuses.

La distancia entre las ciudades de Burgás y Varna es de 115 kilómetros. El autobús más batato y rápido para Varna sale en torno al mediodía de la estación de Burgás y llega en dos horas y media, aproximadamente, a la estación Vladislav Várnenchik de Varna. El boleto de ida cuesta unos 7 euros. Desde Varna, los centros de verano en la costa norte, sumidos en verdor, ya están “al alcance de la mano”.

Versión en español por Mijail Mijailov