Hans Wissema, profesor neerlandés de Gestión Tecnológica y Empresarial, lleva ya 30 años vinculado con Bulgaria a través de su esposa búlgara. Le agradan los búlgaros, gente de ánimos amistosos, las playas y las montañas, las cuatro estaciones del año que se alternan en el país. En este largo período de estancia en Bulgaria ha ido familiarizándose no sólo con la historia sino también con la idiosincrasia nacional. Ha dado una definición al método que los búlgaros utilizan para apañárselas en trances difíciles llamándolo “el sistema del amigo”:
“Si en Países Bajos mi coche sufre una avería lo llevó a un taller de servicios de reparaciones mecánicas, en tanto que en Bulgaria aviso del fallo a un amigo. Este amigo, pues, conoce a otro, que mejor entiende el problema concreto y así, después de unas ocho cenas entre amigos y la ingesta de mucho vino, aparece la persona que sí sabe cómo sacarme de ese apuro mecánico. Esto es algo muy eficaz”, dice Hans Wissema, entrevistado por Radio Nacional de Bulgaria.
Y continúa: ”El búlgaro siempre encontrará una justificación o inventará una mentira hilvanada con hilos blancos, cada vez que algo le salga mal. Se porta como un rey y cree que cada uno le debe rendir servicios y que puede aparcar su coche donde le plazca. No necesita tener a un enemigo, ya que se tiene a sí mismo”.
Según Guergana Rácheva, analista y observadora literaria, uno puede mirarse de manera inesperada en este peculiar espejo que, en realidad, es el libro. Lo más interesante en el libro de Hans Wissema parecen ser sus observaciones convincentes en las que se ha fijado en lo que le falta a los búlgaros. Es la falta de unificación, de lo que se produjera en Países Bajos al término de la II Guerra Mundial: hacer borrón y cuenta nueva, después de haber esclarecido lo que estaba falto de claridad. Wissema niega de que eso se hubiera hecho en Bulgaria en la mejor forma posible.Y tiene razón”.
Hans Wissema va exponiendo sus ideas sobre los momentos cruciales de la historia de Bulgaria. Considera que hay muchas cosas de las que los búlgaros nos podemos enorgullecer pero agrega que hemos de luchar con más resolución por nuestro futuro.” Le pregunto a una persona con la que me cruzo en Bulgaria ¿quién es el búlgaro más importante de todos los tiempos? Mucha gente me dice que Levski, otras personas dicen que es Paisio de Hilandar. Yo, no obstante, creo que la personalidad más importante de Bulgaria fue el kan Asparuj. Si él no hubiera cruzado el Danubio y no se hubiese apoderado de tierras de Bizancio - el imperio más poderoso del mundo a la sazón - no se habría sabido jamás nada de los búlgaros, conjetura Hans Wissema. A pesar del caos que reina en nuestra sociedad hay temas como el patrimonio musical, las personas talentosas en el terreno de la música y de las tecnologías de la información, que no pueden ser pasados por alto, ni siquiera por los extranjeros, cree Guergana Rácheva. Todo ello lo ha plasmado el profesor neerlandés en una frase relativa a Bulgaria: ”central eléctrica cultural”.
“Uds. han creado cantantes líricos de suprema calidad, mundialmente famosos, tienen a unos óptimos poetas y forman parte del Estado, único en el mundo, que tiene un día especial, el 24 de mayo, para rendir homenaje a la vida y obra de los maestros, profesores y científicos. Esto es extraordinario porque traduce las profundas raíces culturales de Bulgaria”, dice Hans Wissema, el neerlandés enamorado de Bulgaria.
Adaptado por Diana Tsankova, en base de entrevistas de Radio Nacional
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: bntnews.bg, kibea.net
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