Un estudio del Instituto Nacional de Estadística indica que el pasado mes de abril hubo un aumento del pesimismo de los consumidores búlgaros y que desde principios de año su confianza ha disminuido en 4.9 puntos.

Según los búlgaros, este último año ha habido una suba vertiginosa en los precios al consumidor, lo que aumenta las expectativas de una inflación cada vez más galopante en los próximos 12 meses. La coyuntura económica del país es evaluada como desfavorable para el ahorro. Los búlgaros también se abstienen de incurrir en costos para la adquisición de bienes duraderos, para comprar o construir una vivienda o para mejoras en la casa.