Las personas que visitan los mercados de granjeros, quedan impresionados por la increíble variedad de productos ecológicos típicamente búlgaros. La oferta es amplia: desde cosmética natural y bebidas, hasta alimentos ecológicos e incluso preparados medicinales basados en recetas de la medicina popular.
Sin embargo, ser agricultor ecológico en Bulgaria es todo un desafío, según señala PenkaTsocheva, de la ciudad de Troyan. En 2005, ella plantó las primeras hectáreas de cerezas, manzanas y ciruelas en terreno propio y comenzó a cultivar asimismo membrillos. Más tarde decidió enriquecer su paleta con un cultivo atípico para estas latitudes: el limón de montaña, que crece maravillosamente a 1000 metros de altitud en el clima severo de los Balcanes de Troyan. "El limón de montaña ha cobrado gran popularidad en torno a las enfermedades respiratorias como la covid, la gripe y la neumonía", dice Penka. A pesar de esto le resulta difícil encontrar mercado para la producción ecológica de su granja y por esto decidió cerrar el ciclo de producción:
"En 2012 decidí fundar un taller pero me llevó un año hasta que lo legalizara y cumpliera con todos los requisitos de la Agencia de Alimentos. En 2013, compré máquinas de zumo austriacas y ahora producimos una gran variedad de artículos. Sin embargo, la producción tarda en venderse porque nuestros zumos son más caros que los comunes, que están llenos de conservantes y son "agua coloreada". Además, la cultura sanitaria de los búlgaros todavía no es muy alta. La demanda está creciendo, especialmente después de la pandemia", añade Penka Tsocheva.
Después de un notable crecimiento en 2017, la cuota de producción ecológica en Bulgaria se ha reducido significativamente, pasando del 7% al 1,5% actual, alerta la Asociación Búlgara "Bioproductos". Sin embargo, la demanda es alta y las importaciones del extranjero crecen. Es una práctica difundida de exportar materias primas orgánicas búlgaras a precio regalado y procesarlas allí. Luego, cuando son un producto ya elaborado, aparecen en Bulgaria, socavando de esta manera los precios de los productos ecológicos fabri