Los competidores de los que les hablaremos hoy no entrenan la resistencia física, pero su gran espíritu deportivo les da ventaja en la competición en la que consiguieron un éxito inequívoco: la final del Campeonato Mundial de Debate.

Tal vez la existencia de una competencia disputada del tipo de argumentación estructurada, como reza la definición de debate, resulte sorprendente para algunos, pero sí, existe y los competidores búlgaros están a la altura. La capital española, Madrid, acogió un foro similar (del 27 de diciembre al 4 de enero), con más de 250 equipos de todo el mundo. Entre ellos estaban Nikolay Ánguelov y Rumen Marinov, que lograron llegar a la final. Otros dos equipos búlgaros también tomaron parte en el campeonato: María Macheva y Biser Ánguelov alcanzaron los cuartos de final, y el equipo de Alek Selveliyev y Velina Andonova se clasificó para los octavos de final.

Al principio, todos los equipos pasan por 9 rondas de debates, tras las cuales se elabora una clasificación y comienzan las eliminatorias, explicó Rumen Marinov y contó a Radio Bulgaria más detalles sobre la tecnología del campeonato, en el que los competidores defienden o refutan una tesis determinada:

"En cada uno de los temas había dos equipos "en contra" y dos equipos "a favor". Cada portavoz disponía de 7 minutos, empezando por la persona del equipo "a favor", seguida de la persona del equipo "en contra". Los equipos recibieron el tema de la respectiva ronda del debate 15 minutos antes de que empezara. Al final de todas las rondas, los equipos ganadores se agrupan por fuerza. Nuestro equipo, con Nikolay Ánguelov, estuvo entre los competidores más fuertes, con muchas victorias. Conseguimos ganarles y clasificarnos para las rondas eliminatorias".

En la final, Nikolay y Rumen se enfrentaron a equipos de Filipinas, Israel y el Reino Unido, quedando a solo unos pocos votos de ganar la competencia. Los filipinos son los ganadores.

Los debates se celebran sobre temas muy variados de distintos ámbitos: política, historia, filosofía, nuevas tecnologías, inteligencia artificial, entre otros. Lo curioso es que para participar en un concurso de este tipo no es necesario tener conocimientos profundos en ninguno de los campos, sino sólo los básicos, junto con elocuencia, rapidez e ingenio.

"Lo más importante es que uno sea capaz de sintetizar una gran cantidad de información que sea fácilmente digerible y comprensible para la otra parte", añade Rumen Marinov. También es importante hacer que el juez recuerde tus argumentos. Normalmente esto se hace con la ayuda del tono con el que hablas y la influencia que tiene sobre él. Un buen dominio de los gestos, así como del lenguaje corporal, también son importantes para triunfar en una competición así."

Además de los participantes, Bulgaria también contó con una representante entre los jueces del campeonato: Ani Kovacheva.

"Los jueces se distribuyen mediante un programa. Al final del debate, el juez tiene que elegir, basándose en los argumentos mejor explicados y estructurados sobre el tema, qué lugar ocupa cada equipo en la clasificación. Normalmente esto ocurre en discusión con otros jueces, es decir, la decisión nunca es única. Ani fue juez en todas las 9 rondas, sin embargo, no se clasificó para las eliminaciones, ya que lleva poco tiempo involucrada en esta afición nuestra", explicó Rumen Marinov, que trabaja como informático.

En Bulgaria desde 2011 existe la organización no gubernamental "Asociación de Debates en Bulgaria", que engloba a todos los clubes similares de escuelas y ciudades de todo el país. Actualmente, la tarea de la asociación es crear un Equipo Nacional de Debate, con el que los mejores miembros de la Asociación representen a Bulgaria en competiciones internacionales.

Por Yoan Kolev

Versión al español de Borislav Todorov