“Se trata de los siete poderes de la ira: la oscuridad, el anhelo, el desconocimiento, el celo mortal, el reino corporal, la astucia corporal y la sabiduría iracunda”, explica él en una entrevista de Desislava Sémkovska de la Redacción Rusa de Radio Bulgaria.

 “A causa de nuestro desconocimiento consideramos que somos personas que lo saben y lo pueden todo y que poseemos todo para ser felices. A causa de su desconocimiento líderes y dictadores de unos países creen que es admisible imponer su voluntad a otros pueblos vecinos. La oscuridad es la plena ausencia de conocimientos, la negación de objetivos, de prioridades y de la necesidad de un desarrollo espiritual. En sus anhelos el hombre desea obtener poder, control, recursos materiales, el cuerpo, el alma, la personalidad del prójimo”. 

 “Este no es el único mecanismo, hay otros que son mucho más armoniosos, subraya Zor Alef. La humanidad se comporta como un intruso que saquea la Tierra y ésta le responde con ira y negación. La Tierra es un ser vivo. Cuando en el organismo humano se produce una infección bacteriana éste lucha contra la infección. La reacción de la Tierra es la misma. Sin duda el aumento de las desgracias indica que el comportamiento agresivo del hombre va progresando.

Tal vez por fin el hombre debe despertar. Debe producirse una transformación dolorosa del modo de pensar, unas duras lecciones y tal vez el sufrimiento y el dolor enseñarán a las personas cómo mostrar compasión y atención uno al otro, respetar la vida, la voluntad y la libertad de los demás. 

En varias ocasiones Zor Alef ha señalado que Bulgaria es un lugar de la memoria mística del planeta. Esta es la causa por la cual aquí hay tantos curanderos y taumaturgos.

 “Creo que Bulgaria no es un lugar casual en la Tierra. Es una encrucijada única entre el este y el oeste. Una tierra donde hay una cantidad fenomenal de zonas geomagnéticas, de alta actividad energética, cumbres de montañas, antiguos santuarios tracios como Belintash y Perpericón, etc. Esta tierra era la cuna de la civilización tracia, señala el curandero. Creo que Bulgaria y los búlgaros tienen un futuro prometedor y que el actual periodo es un reto para toda la humanidad. En los búlgaros veo el deseo de despertarse y vivir una vida espiritual, consiente y de la plenitud energética. Por esto creo que los búlgaros crearán un espacio harmonioso que en el futuro convertirá a Bulgaria en un templo de la humanidad. Creo que aquí vendrán muchas personas del mundo entero para inspirarse, curarse y buscar ayuda”.