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El Centro Educativo Búlgaro de Washington: un rinconcito de patria

Foto: BECC „Kliment Ohridski“ Washington DC

En los Estados Unidos hay muchas escuelas búlgaras, la más antigua de ellas fue fundada por la diáspora búlgara en Chicago. Pero además de las populares escuelas dominicales, existen muchas otras formas de organización educativa a través de las cuales se enseña la lengua búlgara y se promueven la cultura, las tradiciones y el espíritu búlgaro. Actualmente hay más de 20 escuelas y centros educativos búlgaros en Estados Unidos.


La mayoría de las escuelas dominicales surgieron después del año 2000 y esto está relacionado, por supuesto, con el creciente número de búlgaros que deciden ir a trabajar en los EE.UU. Hoy hablaremos de una de estas escuelas que abrió sus puertas en la capital estadounidense, allá por el año 2002. Sus comienzos se dieron a través del programa piloto "Todo por Bulgaria", creado por profesores entusiastas que confiaban que allá donde hubiera búlgaros, debía haber instituciones culturales y educativas búlgaras. Su iniciativa no tardó en suscitar gran interés entre las familias de búlgaros que querían que sus hijos estudiaran la lengua, la historia, la literatura y la cultura de Bulgaria.


Casi un cuarto de siglo después de la creación del Centro Educativo y Cultural Búlgaro "San Kliment Ohridski" de Washington, este centro sigue conservando sus tradiciones e incluso muchos de sus antiguos alumnos llevan ahora a sus propios hijos a la escuela dominical del centro.

"Estamos desarrollando la metodología de enseñanza en diferentes asignaturas y haciendo lo imposible para mantener el interés de los niños hacia la Escuela Dominical. Al fin y al cabo, los niños de hoy son muy diferentes de los de la generación anterior, por lo que los retos a los que se enfrenta el equipo docente son grandes", afirma Meglena Lyubenova, subdirectora del Centro Cultural y Educativo Búlgaro "San Kliment Ohridski" de Washington.

Meglena Lyubenova

"La idea de crear un centro así tenía la finalidad de unir a todos los búlgaros de la región, y que el centro fuera como un pequeño rinconcito de Bulgaria. Lo que motiva a los niños a venir es en gran medida la identidad nacional, puesto que muchos de ellos están orgullosos de ser búlgaros. Y eso les viene también del entorno del hogar. Si la propia familia se aferra a las tradiciones búlgaras y está orgullosa de sus orígenes, esto se transmite a sus hijos. Y las escuelas son un factor y una ayuda muy importantes en esta misión de los padres. Así que intentamos crear un lugar donde cada búlgaro pueda encontrar algo con lo que identificarse".


Meglena Lyubenova dice que lleva en la escuela desde sus inicios. Conoce a todas las familias y niños que han pasado por la escuela. Actualmente hay 160 hijos de búlgaros estudiando en Washington. Pero tampoco faltan los problemas, y en su mayoría están relacionados con la gran distancia que separa Estados Unidos y Bulgaria.

El Centro Educativo, que dirige Meglena Lyubenova, es uno de los fundadores de la Asociación de Escuelas Búlgaras en el Extranjero. Los encuentros anuales de profesores y representantes de las escuelas dominicales búlgaras de distintas partes del mundo ayudan mucho a intercambiar experiencias y buenas prácticas. Y mientras que en Europa hay varios programas para preservar la identidad nacional de los inmigrantes, estos programas no existen en Estados Unidos y Canadá. Por tanto, los profesores de Washington y de otras ciudades al otro lado del océano han de encontrar sus propios medios para mantener vivo el espíritu búlgaro entre sus compatriotas. Meglena Lyubenova continúa:


"Estoy muy agradecida a todos los padres búlgaros de la zona de Washington, son 160 niños, y cada familia pone mucho de su parte, reservando todo su día libre los sábados para ir a la escuela búlgara. Las distancias aquí son enormes y los viajes hasta la escuela se funden todo su día libre. La escuela es financiada con la ayuda del Ministerio de Educación de Bulgaria y la mayoría de los fondos proceden de las cuotas que pagan los padres. Tenemos además muchos problemas con las instalaciones, ya que estamos siempre de alquiler. Tuvimos que trasladar la escuela debido al gran número de niños. Pero además de enseñarles lengua y literatura búlgaras, e historia y geografía de Bulgaria, y otras asignaturas obligatorias según el plan de estudios del Ministerio de Educación, también ayudamos a los padres a participar activamente en nuestras actividades. Para ellos ofrecemos grupos de danza tradicional, tenemos un grupo de teatro y también clases de yoga y fitness para adultos. Intentamos que todos participen en las actividades del Centro Educativo y Cultural Búlgaro".


Otro problema de la educación búlgara en Washington es la falta de libros de texto suficientes. "Utilizamos los libros de texto publicados por la editorial búlgara Prosveta y hasta ahora ningún niño se ha quedado sin un juego de libros de texto y material didáctico", explica Meglena Lyubenova. En sus palabras, no hay nada más bonito que ver a un niño abrir su primer libro de lectura y escuchar sus primeras palabras leídas, y esto es algo que no se podría sustituir por un libro de texto en versión electrónica. Por eso, tanto profesores como padres, incluso estando a miles de kilómetros de Bulgaria, hacen todo lo posible por hacer llegar a sus hijos manuales y libros búlgaros.


Autor: Gergana Mancheva

Traducción en español y publicación: Alena Markova

Fotos: Facebook / Bulgarian Educational and Cultural Center "Kliment Ohridski" Washington DC



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