La Inspección Estatal de Automovilismo, el órgano que se ocupa del control del tráfico de cargas en el territorio del país y es parte de la Agencia Ejecutiva de Administración de Automóviles, fue sacudida después del caso de corrupción que recibió gran cobertura mediática cuando antes del grandioso concierto de la estrella del pop británico Robbie Williams cinco del total de 22 camiones que transportaban los equipos técnicos para el evento fueron parados por funcionarios de la Agencia en la entrada de Sofía en la autopista Tracia y a los conductores de tres de los camiones les fue reclamado un soborno. Uno de los conductores pagó 300 euros, los otros dos 100 euros. Posteriormente fue enviada una denuncia por la infracción y el caso fue hecho púbico unos días después por iniciativa de la Embajada de Gran Bretaña en Bulgaria.  

¿Es crónica la corrupción en las carreteras de Bulgaria y quién sale más perjudicado de ella? Radio Bulgaria recabó la opinión de Hristo Radkov, presidente de la Asociación Búlgara de Chóferes y conductor de larga experiencia de un automóvil de carga. 

En sus palabras, Bulgaria es el país en el cual el control sobre los automóviles de carga es el más riguroso y al mismo tiempo los resultados son los más deficientes. ¿Cómo se comprueban las infracciones? “Cuando un vehículo de carga de más de 3.5 toneladas es parado para ser inspeccionado, obligatoriamente debe estar dotado de un tacógrafo si atraviesa las fronteras europeas y hay dos maneras de control: el primero es inspeccionar los documentos del chófer, el segundo es inspeccionar el tacógrafo descargando el mapa y una inspección mediante un dispositivo que está en las camionetas de la administración automovilística o cercando su dispositivo al tacógrafo mediante el cual se visualiza la información.

En los dos casos se anotan la fecha y la hora del control realizado. Si se detecta un exceso de la jornada laboral, de las horas de conducción u otra infracción que se debe sancionar la pantalla brilla en rojo y esta información se marca y se inspecciona”, dice Hristo Radkov. 

En sus palabras, los más inspeccionados son los conductores extranjeros ya que los búlgaros están obligados de presentar todo tipo de documentos cada año, mientras que los de otros países son inspeccionados únicamente en la carretera. Esto provoca casos de corrupción.  

“Son inspeccionados sobre todo los conductores extranjeros ya que el director de cada empresa de transporte en Bulgaria es convocado en la Inspección Estatal de Automóviles. Cada camión que tiene matrícula turca, por ejemplo, que transporta mercancías a Europa occidental y que es inspeccionado a 50 kilómetros después de la frontera ya ha cometido una infracción. La espera en la frontera dura 24 horas. Durante este tiempo el chofer no puede descansar, pero debería descansar al menos 9 horas al día en las cuales el cambión no debe viajar. Estando en la cola el camión ha estado en movimiento, la prolongado la jornada laboral y ya ha cometido una infracción. Nosotros hemos creado las premias para las infracciones. No hay variante para escapar, uno entra en la trampa”, describe la situación Radkov. 

Un consuelo es que prácticas de este tipo están difundidas no solo en Bulgaria.  

“Esta práctica está presente no solo en Bulgaria. El control de vehículos de carga en los distintos países se realiza de distinta manera. Uno de los buenos ejemplos es Alemania, donde se realiza por empresas privadas que trabajan por sí y las multas son para ellas. En toda Europa aparte de estos órganos, la policía también controla. A medida en que nos aproximamos al Oriente aumenta la probabilidad de inspecciones. Tras la conversación queda claro que el inspector necesita dinero para sopa, café, cigarrillos. De todas maneras, a los chóferes se les invita a que dejen dinero para que termine este control que tal vez terminará con una sanción”. 

Radio Bulgaria insistentemente trató de entrar en contacto con representantes de la Agencia Ejecutiva Administración Automovilística pero tal vez por las especulaciones sobre su futuro o por otras causas no recibimos una respuesta a nuestra invitación. 

Redactor Iván Guergov 

Traducido y publicado por Hristina Táseva 

Fotos: BTA, BGNES, Iván Guergov, stolica.bg