El mercado nacional ofrece casi todas las marcas de café conocidas. En algunos establecimientos se pueden probar cafés de altísima calidad, que los dueños adquieren en exclusiva para los conocedores.
 
“Según nuestra estadística, desde julio Bulgaria ocupa uno de los primeros puestos en Europa por el consumo de café expreso, dice Andrei Iliev, presidente de la Asociación de Importadores de Café, creada en Bulgaria a comienzos de este año. El consumo anual de los búlgaros es de 4,5 kilos per cápita; en Austria es de 6,5 kilogramos, en Italia 6 kilogramos, en Grecia más de cinco kilogramos. Uno de los países europeos en que más café se consume es Luxemburgo: 16 kilos per cápita al año.
Y en lo que se refiere al sabor, el búlgaro prefiere el café más amargo, a semejanza de los italianos y los rumanos. En los países escandinavos y Alemania son preferidos los cafés con una ligera acidez en el sabor.
En la capital búlgara Sofía y en algunas de las mayores ciudades del país como Varna y Plovdiv hay varios establecimientos en que se puede tomar café de la mejor calidad de todas las especies, que vale la pena probar”.
Además de expreso, el búlgaro está habituado a tomar también el llamado café turco (o griego), más finamente molido y mezclado con garbanzo torrefacto, cocido a fuego lento sobre brasas.
Y en cuanto al café de filtro, estos últimos años su consumo tiende a aumentar, sobre todo en los hoteles, informan desde la Asociación de importadores de café en Bulgaria.
Para los conocedores del buen café en nuestro país se ofrecen también cafés especiales que los dueños de las cafeterías preparan de diferentes combinaciones de distintas especies y cosechas de café. 
“Se puede decir que es una mezcla de las mejores especies de café arábica de Brasil, Colombia, Etiopía y no en último lugar Vietnam, explica Andrei Iliev. Son cafés para consumo gourmet, para conocedores y entendidos. Lamentablemente en Bulgaria es insuficiente el número de los establecimientos en que se ofrecen semejantes cafés por lo cual nuestra asociación se plantea aumentarlos y abrirlos al amplio público”.
Seguidamente Andrei Iliev puntualiza que, una vez eliminada la accisa con que se gravaba el café, en Bulgaria se ha extendido la mala práctica de vender café a granel. Este café pasa por varios vendedores y al final su origen se desconoce. Por esto la asociación se planteas elaborar estándares y normas con los que deberá estar conforme el café importado en el país. Entonces el consumidor conocerá el origen del café que está tomando y cuál es su contenido.
Y un hecho curioso. Crece el número de los jóvenes en Bulgaria que desean ser baristas. Un barista es el profesional especializado en el café de alta calidad, que trabaja creando nuevas y diferentes bebidas basadas en él, usando varios tipos de leches, esencias y licores, entre otros. También es el responsable de la presentación de las bebidas y para ello es especialista en el arte del latte o del café con diseños sobre la superficie.
En muchos países existen escuelas especiales para baristas. Próximamente habrá una también en Bulgaria. Abrirá puertas dentro de dos o tres meses y estará a cargo de renombrados baristas y profesores de semejantes escuelas de otros países europeos.
Por último cabe mencionar que en junio se celebró el primer campeonato de baristas en Bulgaria, en el que participaron 16 personas. El siguiente ha sido convocado en octubre próximo.

Por Milka Dimitrova
Versión en español de Raina Petkova