Una mañana de otoño, inesperadamente fresca para la época, un autobús con turistas vacila por las curvas del camino en la cordillera Sredna Gora y luego lentamente se mete en una carretera estrecha cercada a los dos lados por viñedos llenos de uva colgando. Salidos los primeros rayos del sol, el autobús pasa por el centro de una población llena de casas blancas con tejados rojos, para aparcar enfrente del patio de un complejo de casas del Renacimiento Búlgaro. Llega justo a tiempo para celebrar la inauguración de la vendimia en Starosel. Para los viticultores y los productores de vino este día es el más importante del año y para los turistas representa un acontecimiento incomparable, pintado en los colores del otoño y bañado en el aroma del vino que nos sumerge en el ambiente mítico de una tierra antigua con su historia y sus leyendas.


La población de Starosel tiene razones de estar orgullosa. El pueblo es famoso con sus magníficos vinos y su historia desde hace siglos marca este pedazo de tierra fértil, escondido entre los pliegues de la cordillera Sredna Gora. El pueblo, antaño desconocido, se hizo famoso con el complejo de culto religioso de los tracios que fue descubierto en sus alrededores. El complejo data del siglo 5 a.C. Los científicos suponen que allí fue sepultado el gran soberano tracio Sitalk. En la zona fueron encontrados también restos de complejos rocosos de culto de los tracios y colinas, algunas de las cuales fueron utilizadas como sepulturas o mausoleos. Cerca de Starosel los arqueólogos encontraron también objetos y vajillas vitivinícolas, junto a jarras con restos secos de vino. En esto no hay nada sorprendente, puesto que los tracios fueron maestros de la producción de vino. El elixir se utilizaba durante sus ritos religiosos y las ceremonias de sacrificios. Seguros en el carácter místico de la bebida de los dioses, que dejaba al hombre acceder a su mundo, nuestros antepasados convirtieron la vinicultura en un verdadero arte y en una parte inseparada de su vida y cultura.


Днес, повече от 2 хилядолетия по-късно, Actualmente, más de 2000 años después, el vino en la zona de Starosel sigue siendo así de importante. En los pliegues meridionales de Sredna Gora el clima es suave y el sol es muy favorable para los viñedos. Éstos, por su parte, muestran su agradecimiento por el cuidado de los hombres dotándoles de una rica cosecha de uva dulce y aromática. Uno no puede perderse la recolección de la uva en Starosel en el mes de septiembre. Es entonces cuando toda la gente se reúne en el complejo vitivinícola local para la inauguración de la vendimia. Vino de mucho cuerpo fluye en abundancia y el grado del ánimo aumenta cada minuto. La culminación es cuando se recibe a los recolectores de la uva. Vestidos en trajes de colores, típicos de la región, ellos pasan el umbral del complejo vinícola con cestas, adornadas de coronas florales y llenas de uva suculenta. Con canciones populares y acompañamiento musical los recolectores anuncian al pueblo la buena cosecha de la que se espera producir un vino magnífico. Los grandes racimos se ponen en una pila de piedra y lo que sigue es el momento más espectacular: el prensado de la uva pisándola por doncellas descalzas en vestidos blancos. Luego cada uno puede probar un trago del mosto obtenido y después entremezclarse con la multitud exaltada, incorporándose a la hilera del baile típico llamado “joró” que pasa por el patio del complejo vinícola. Por tercer año consecutivo los propietarios de este complejo desarrollan el enoturismo, llevando a los visitantes por el camino del vino.


“Es el camino que sigue la uva para convertirse en vino, cuenta Teodora Treneva, directora del complejo vitivinícola de Starosel. Enseñamos a los visitantes el propio proceso de la producción de vino. Mostramos la fermentación alcohólica y el coupage, les enseñamos el lugar donde se produce la maduración y el embotellado. Por supuesto, la mayoría del tiempo lo pasamos en la sala de degustaciones: La Rotonda, como la llamamos. Es nuestra enoteca. Se encuentra a unos 8 metros bajo tierra y es una réplica del cercano centro de culto de los tracios, pero con la diferencia de ser más grande nuestro “templo” que el original. Construimos esta sala con la idea de enseñar a los visitantes cómo consumían esta bebida sagrada los sacerdotes tracios. Allí representamos ritos tracios muy interesantes para la previsión del tiempo o de la cosecha, rituales religiosos diferentes, organizamos también ceremonias nupciales”.

El año 2009 más de 24.000 turistas visitaron a Starosel para ver los templos tracios y
През 2009 година над двадесет и seguir el camino del vino en el complejo vitivinícola local. El pueblo situado en Sredna Gora recibe también a extranjeros, principalmente de Israel, Grecia, Rusia, Gran Bretaña y Alemania. La gente del pueblo ofrece a los visitantes varias actividades como montar a caballo por los senderos de Sredna Gora y, por otra parte, en el centro SPA del complejo vinícola les mimarán con una terapia de vino para tener la piel lisa y suave como la seda.

“Esta terapia es muy favorable para las mujeres, dice Teodora Treneva. Se nota su efecto hidratante y rejuvenecedor sobre la piel. A los hombres les ofrecemos la así llamada “parte masculina” de la SPA terapia: beber vino y rakía (el aguardiente tradicional búlgaro) con el acompañamiento de música y bailes. No cabe duda que los hombres también sufren el estrés acumulado y provocado principalmente por las mujeres y también tienen su necesidad de relajarse. Tenemos una destilería muy buena, realizada al modelo de los antiguos alambiques. En Navidades, cuando degollamos un cerdo y lo asamos, invitamos a los clientes a preparar ellos mismos su rakía en nuestra destilería.”

Versión en español de Gergana Shallieva