La muestra Rostros del Modernismo acapara la atención con obras de arte de tres países: Bulgaria, Grecia y Rumanía, creado en el periodo de 1919 a 1940. La exposición ha sido inaugurada en la Galería Nacional de Bellas Artes de Sofía y se desarrollará hasta el 16 de febrero. Primero ha sido montada en Bucarest y después de Sofía visitará Atenas. A juicio de Cristos Carras, manager del proyecto por parte griega, la expresión “modernismo balcánico” tal vez suene como un oxímoron, (palabras que se excluyen mutuamente), para los que no conocen la historia del arte de esta región del mundo. “¿Acaso no fueron los Balcanes una región atrasada del mundo, involucrada en conflictos y más propensa a intervenir en enfrentamientos sangrientos que a crear arte moderno?”, señala Carras. Además, ¿no fue el modernismo un territorio reservado a las desarrolladas naciones de Occidente? Uno de los propósitos del proyecto es disipar estas ideas mostrando la historia del arte de esta parte del mundo desde un punto de vista más equilibrado que hace hincapié en las peculiaridades nacionales y regionales”.
Uno de los grandes méritos de la muestra es que no agrupa los cuadros según la nacionalidad de los artistas, sino por géneros y temas. De este modo el espectador se sumerge en el diálogo de los lienzos para descubrir las diferencias y las semejanzas en las indagaciones artísticas de los maestros.

© Foto: Veneta Pavlova

“Mensajeros” de George Papazov, “Mujer leyendo” de Arthur Segal y “Nikifor” de Nikos Hadjikyriakos-Gikas.

“La muestra revela aspectos muy interesantes que se observan por primera vez, dice Boris Danailov, comisario por parte búlgara. Uno de ellos es que entre los pintores que trabajan en los Balcanes hay búsquedas similares que son fruto de sus contactos con las corrientes estéticas y artísticas occidentales. Los artistas que viven en los Balcanes no mantienen contacto entre sí. En cierto sentido trabajan con la mirada puesta en Occidente. Sin embargo, al comparar las obras de los artistas de los tres países lo que salta a la vista es la proximidad. Hay que subrayar también el alto nivel profesional”.
No es casual que la muestra se denomine Rostros del Modernismo ya que presenta figuras emblemáticas del arte de Bulgaria, Grecia y Rumanía. Baste decir que Iván Milev es uno de los pintores búlgaros cuyas obras están exhibidas. Antes de cumplir los 30 años fue fulminado por la influenza. No obstante, este artista nos dejó obras que impresionan por su dinamismo y magia y compaginan la tradición popular y la influencia de la Secesión. Otro representante búlgaro es George Papazov, que se graduó en el extranjero, vivió largos años en Francia y participó en exposiciones junto con Picasso, Joan Miró y Max Ernst. En Rostros del Modernismo vemos que su cuadro está al lado del que exhibe el pintor rumano Arthur Segal. Boris Danailov añade lo siguiente sobre el diálogo entre los modernistas balcánicos:

© Foto: Veneta Pavlova

Lienzo del pintor rumano Herrmann Maxi “Desnudo con ídolo”, “Tierra” de Nikolay Abrashev y “Retrato con flores de papel” del griego Yiannis Tsarouhis.

“Las coincidencias artísticas son inevitables. Hacen falta estudios más profundos que exploren este fenómeno. La muestra plantea estos problemas por primera vez, a partir de ahora podemos esperar un análisis cada vez más detallado sobre el tema”.
Junto con la Galería Nacional de Bellas Artes, coorganizan la muestra el Museo Nacional de Arte de Rumanía y la Fundación de Bellas Artes y Música Theocharakis, de Atenas. El proyecto se realiza con el apoyo financiero del programa Cultura de la UE.

Versión al español de Hristina Taseva