Vasil Levski, el Apóstol de la Libertad de Bulgaria

Publicado el 19/02/10 12:58

"La detención" del pintor Nikola Kozhujarov

Foto: Архив

Un 19 de febrero, hace de esto 137 años, en las inmediaciones de Sofía fue ahorcado Vasil Levski, insigne figura de la lucha independentista de Bulgaria contra la dominación otomana, a quien los búlgaros llamamos con veneración y reconocimiento el Apóstol de la Libertad.
Fue monje, y luego diácono, pero dejó los hábitos para sustituirlos por el uniforme de insurrecto contra el opresor otomano. Su experiencia en los círculos revolucionarios de la emigración nacional en los países vecinos a Bulgaria le había enseñado que los destacamentos de rebeldes que entraban en Bulgaria desde el territorio de Serbia y Rumanía sufrían muchas bajas y, además, no estaban en condiciones de provocar una rebelión.

“Poco a poco Vasil Levski llegó a la conclusión de que hacía falta reconsiderar las vías y las formas de lucha desde la emigración para lograr la independencia de Bulgaria, explica Plamen Mitev, decano de la Facultad de Historia de la Universidad Central de Sofía. Por eso emprendió dos recorridos en el interior del país, en 1868 y 1869, que le permitieron convencerse definitivamente de que los destacamentos de rebeldes y la guerrilla no eran la única vía posible para lograr el triunfo sobre la Sublime Puerta, es decir el Imperio Otomano. Levski entendió que había que buscar el potencial del pueblo, de los diferentes estratos de la sociedad búlgara”.

Así llegó a la idea de formar una red interna de comités revolucionarios que se encargara de preparar la revolución nacional. En esto consiste la gran aportación de Vasil Levski al desarrollo de las ideas políticas en la época del Renacimiento nacional búlgaro (siglos 18 y 19).
El Apóstol se dedicó, con total entrega, a la creación de la red de comités revolucionarios internos en el territorio de Bulgaria. Algunos de estos comités retomaron la experiencia acumulada por organizaciones clandestinas anteriores. La amplitud de esta red, lograda por Vasil Levski, es realmente impresionante. En el verano de 1872 ya existían 400 comités por todo el territorio nacional.

“Me he consagrado a la Patria, a la que serviré hasta el último aliento, cumpliendo la voluntad del pueblo”, decía el Apóstol de la Libertad. Su abnegación y entrega cabal a la causa contagiaba a ricos y pobres, a letrados y analfabetos.
Tres años después del ahorcamiento de Vasil Levski, no obstante haber sufrido duros golpes de las autoridades otomanas, los comités creados por Levski organizaron el Levantamiento de Abril de 1876. El mismo fue hundido en sangre, pero tuvo una amplia resonancia internacional y dio lugar a la Guerra Ruso-Turca de 1877 y 1878 que los búlgaros llamamos la Guerra de Liberación porque el triunfo de Rusia sobre el Imperio Otomano significó la independencia de Bulgaria.
Los sueños y las aspiraciones patrióticas de Vasil Levski respecto del desarrollo de la nueva Bulgaria inspiraron a varias generaciones de búlgaros.

“Cabe señalar, en primer lugar, la idea de Vasil Levski de que Bulgaria se convirtiera en una república democrática, continúa diciendo Plamen Mitev, decano de a Facultad de Historia de la Universidad Central de Sofía. El Apóstol de la Libertad es el único que supo lanzar en forma tan claramente definida la idea de la organización política que debía adoptar Bulgaria una vez liberada. En segundo lugar destacaríamos las ideas de Levski sobre la igualdad de todos ante la ley, sobre la libertad personal y la libertad nacional, sobre la igualdad de los búlgaros al margen de su pertenencia étnica o religiosa. Estas ideas, lanzadas por Levski a finales del siglo 19, estaban a la altura de las más progresistas doctrinas filosóficas y políticas de la época, y mantienen su actualidad también en nuestros días”.

¿Cómo se inscribe Vasil Levski entre las grandes figuras de los movimientos de liberación nacional europeos del siglo 19?

“Levski es comparable a las figuras más brillantes de la historia europea como Garibaldi y Mazzini. No en vano los historiadores búlgaros han señalado en reiteradas ocasiones que de haber sido Vasil Levski una figura de la gesta independentista de otro Estado del Viejo Continente, su nombre se mencionaría en todos los manuales de Historia Europea. Lamentablemente, su vida y obra son bien conocidas sobre todo por los búlgaros, porque somos una nación pequeña que difícilmente gana terreno en la gran historia europea. Esto sin embargo no quita mérito a la aportación de Vasil Levski al ideario político europeo, que impulsa las luchas independentistas y las reformas sociales. En este sentido Levski se equipara a las figuras más preclaras del siglo 19”.

Versión en español de Raina Petkova

По публикацията работи: Veneta Pavlova

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