La parte noroeste de la Cordillera Balcánica no es muy agradable en invierno. Durante esta época del año el gran frío, el cielo ceñudo y las nieblas, que se ciñen sobre los pueblos y aldeas esparcidos por las cuestas montañosas, se convierten en elemento inseparable del paisaje. Sin embargo, hay un rinconcito en el monte que pareciera no dejarse influir de las peculiaridades climáticas de la región.
Cerca de la ciudad de Vratsa, al pie de las peñas, gigantescas y aterradoras, está acurrucada la aldea “Zgorigrad”. Sus casas bien arregladas están esparcidas en las dos riberas del río Leva, que zigzaguea por un hermoso valle. En invierno, cuando el resto de las poblaciones pasan frío y aguanieves, aquí hace sol y las casas de huéspedes acogen a un gran número de visitantes. Para muchos franceses, ingleses, alemanes, estadounidenses, e inclusive, japoneses Zgorigrad es un lugar de sol deslumbrador, de acogedor ambiente doméstico y buen humor.

Los Balcanes ofrecen entrañables caminatas y entretenimientos

Esta parte de la Cordillera Balcánica es de temple duros y poco afable, pero encanta a los viajeros con su belleza indómita. El paisaje de esta región va cambiando a cada paso. De entre las nubes y la niebla emergen las cimas del monte iluminadas, como a través de un proyector, por los rayos oblicuos del sol. Si en invierno no te apetece recorrer los senderos que zigzaguean por el borde de taludes friables o rocas protuberantes, entonces puedes sentarte en algún tronco y contemplar el paisaje. ¡Fíjate en las formaciones rocosas que cual exquisitos encajes descuellan sobre el fondo azul del cielo, observa el hato de caballos salvajes galopando por los pastizales resguardados de las ráfagas del viento y disfruta de la sensación irresistible de libertad y armonía!
Una de las creaciones más notables de la naturaleza de esta región es el desfiladero “Vrátsata” cerca de Zgorigrad. Los riscos de las rocas rascan el cielo, convirtiéndose en un obstáculo insuperable para los vientos fríos y las nieblas invernales que suelen cubrir como un capullo la ciudad de Vratsa situada en la otra parte del desfiladero. De ahí que los habitantes de la aldea de Zgorigrad gocen de un invierno suave y de mucho sol tal como sus antecesores, los tracios que habitaron estas tierras hace 2 mil años.
No es de extrañar que el propio nombre de la aldea “Zgorigrad” tenga raíces tracias. Significa “la ciudad que está detrás del monte”, sostienen algunos historiadores. Hoy en día, las rocas que rodean la aldea atraen como un imán a muchos alpinistas, amantes de la naturaleza y fotógrafos. En los alrededores han sido trazadas y habilitadas rutas para escalar y senderos turísticos. Algunos de ellos son accesibles también en invierno.

La aldea de Zgorigrad está rodeada de hermosas formaciones rocosas

La propia aldea de Zgorigrad es un verdadero paraíso, lleno de tranquilidad y belleza. Es cierto que no posee el encanto de los pueblos etnográficos y renacentistas. No obstante, su ubicación es fantástica, los dueños de las casas de huéspedes acogen al turista como si fuera miembro de la familia, ofreciéndole diversos paseos y entretenimientos en la montaña.
El turismo organizado en Zgorigrad empezó en el año 2000 cuando los primeros hoteles familiares abrieron sus puertas. En esa época llegó el primer grupo turístico del extranjero, de montañistas franceses guiados por una agencia turística muy famosa de la capital. Los visitantes se quedaron muy contentos y al año siguiente llegaron muchos grupos turísticos más que querían conocer la magia del monte. “Acogemos a turistas de todo el mundo”, dice Roza Nikolova, propietaria de una casa de huéspedes. A su juicio, el verano es la estación más animada y concurrida. Entonces el monte es más afable y los turistas pueden pasear a sus anchas y contemplar las espumosas cataratas, las estrafalarias coronas rocosas y las praderas cubiertas de flores.
También en invierno la aldea tiene su encanto, entonces las cuestas se adormecen bajo el manto de la nieve, el fuego arde y chisporrotea en las chimeneas.
Uno de los grandes atractivos de Zgorigrad son sus platos típicos, elaborados con verduras de la región y aromáticas hierbas de la montaña. Tanto Roza Nikólova como las demás dueñas de casas de huéspedes, “hechizan” a los turistas con un abanico de delicias culinarias típicas.

Vratsta atrae a los alpinistas como el más poderoso imán

“De los platos típicos de esta región les ofrezco el llamado “lyutika” (un vocablo búlgaro que designa el sabor picante), continúa diciendo Roza Nikólova. Se prepara de la siguiente manera: primero se asan los pimientos y se machacan en un recipiente de madera, se agregan queso de cabra, huevos cocidos picados y perejil del jardín propio, se aderezan con un poco de sal, aceite, vinagre, pimienta negra y se obtiene una combinación de sabores muy exquisita que encanta a los extranjeros. Se puede preparar “lyutika” también con tomate asado, alubias, patatas y otras hortalizas. Lo mejor de nuestra oferta es que utilizamos productos ecológicamente puros porque adquirimos las hortalizas, el queso, la leche, la carne, etc. de pequeños productores locales”.

En los alrededores de Zgorigrad existen senderos ecológicos, no muy lejos está la gruta Ledenika, habilitada para visitas turísticas que constituye uno de los mayores atractivos de la zona.

Versión en español de Plamen Hrístov