Las danzas «nestinar»

Publicado el 19/05/10 11:36

Foto: Archivo de Radio Bulgaria

Audio

Update Required To play the media you will need to either update your browser to a recent version or update your Flash plugin.

En la festividad de San Constantino y Santa Elena, el 21 de mayo según el calendario ortodoxo, se practica en Bulgaria un misterioso rito, el de las danzas «nestinar»
Hombres y mujeres descalzos bailan sobre brasas. Son los llamados nestinar y el trance que experimentan durante la danza los hace clarividentes. Ejecutan los ritos nestinar sólo algunos iniciados, vecinos de dos pequeñas aldeas en la montaña Strandzha, en el sureste de Bulgaria. Esta misteriosa y espectacular tradición no ha encontrado aún explicación contundente. Según algunos, la danza sobre brasa es una herencia de la Baja Antigüedad, que nos han dejado los tracios, antiguos pobladores de la Península Balcánica. Otros investigadores estiman que el rito se ha derivado de cultos y misterios religiosos de la Antigua Grecia. Todos quienes ejecutan el rito afirman que al acercarse la festividad de San Constantino y Santa Elena, se sienten iluminados y entran en contacto con estos dos santos. Dicen que esto es lo que los mueve a bailar descalzos sobre brasas. En nuestros días algunos participantes en el rito actúan de modo tan impulsivo que recién después de terminada la danza toman conciencia de que han participado en ella, asombrados de haberlo hecho sobre las brazas sin que las plantas de sus pies hayan sufrido la más mínima quemadura. Algunos filmes documentales, que se conservan en los archivos, muestran que los bailarines nestinar de las generaciones anteriores tenían la sensación de ser sacerdotes de sus santos protectores Constantino y Elena. La bailarina nestinar de mayor edad, experiencia y autoridad era considerada hermana de los santos. La práctica del rito nestinar es una misión ritual que se transmite de generación en generación. Para los iluminados la danza sobre brasas una vez al año es apenas la culminación de toda una forma de ser y de un específico comportamiento ritual que las es propio durante toda la vida. Los científicos no han logrado explicar cómo es que los bailarines descalzos nestinar no sufren ninguna quemadura en las plantas de los pies al practicar la danza. Los propios nestinar afirman que los protegen San Constantino y Santa Elena. Es con sus respectivos iconos que los danzantes nestinar bailan sobre las brazas y hacen sus profecías. El resto del año los iconos de los nestinar se guardan en una nave especial, una especie de capilla de los santos protectores. Se mantiene allí también el sagrado tambor de los destinar junto con otros objetos rituales. En esa capilla brota una fuente sagrada de agua curativa. Cuida de todo ello durante el año un encargado, designado por el nestinar principal y escogido entre los vecinos más honorables del pueblo.
Al avecinarse la festividad de San Constantino y Santa Elena, los iconos, el tambor sagrado y los objetos rituales se limpian y consagran con agua de la fuente sagrada. La gente bebe de esa agua para tener buena salud. Se organiza luego una procesión ritual con los iconos que rompen la marcha sujetados por bailarines nestinar. La procesión pasa por todos los rincones del pueblo para purificarlo y santificarlo. Por último se organiza un ágape para todo el pueblo, sacrificando un toro o una oveja y repartiéndose pan ritual entre todos los asistentes. Apenas después se estima que todos están preparados para el rito culminante, que es la propia danza de los nestinar. Hay varios indicios que sugieren la relación entre el rito de los bailarines descalzos sobre brasas y los antiguos cultos del Sol. Es fácil vislumbrar en estas prácticas la antigua idea del reforzamiento mágico del fuego celestial, o sea, del Sol, en el momento en que éste renace tras el frío invierno.

Versión en español de Mijaíl Mijáilov

По публикацията работи: Rumiana Panayótova

Последвайте ни и в Google News Showcase, за да научите най-важното от деня!

Compartir

Las danzas «nestinar»

Más de la sección

Abundante vino, dragones, osos y folklore: Delchevo festeja junto con municipios del norte de Grecia

Babinden en Razlog: una ciudad que guarda las tradiciones

La banitsa de los deseos: la historia de una receta, desde las ramas de cornejo hasta la actualidad