El municipio de Ivánovo, el rostro desconocido del turismo búlgaro

Se cuentan con los dedos de la mano los rincones en Bulgaria que todavía no están afectados por el turismo de masas. Por esto es cada vez más difícil gozar de tranquilidad y frescura en medio de bellos paisajes, lejos de la presencia humana que en verano invade algunas de las localidades más pintorescas de Bulgaria. Afortunadamente en este país todavía existen bellos lugares donde proliferan las riquezas naturales y la gente vive en armonía con el medio ambiente, las tradiciones y los valores patriarcales. Uno de ellos es el municipio de Ivánovo, en el norte de Bulgaria, que linda con la ribera del río Danubio y es conocido como Polomie.
Por el territorio del pequeño municipio serpentea el río Rúsenski Lom, junto con sus meandros de Beli, Cherni y Mali Lom. Abriéndose camino al pie de cañones y altas rocas a lo largo de millones de años, el agua ha modelado un paisaje irrealmente bello, pintado de vivos colores. Un coro de pájaros indescriptible acompaña a cada visitante de este paraje que parece parte del paraíso. Los turistas no deben extrañarse si sobre sus cabezas vuela una pareja de cigüeñas negras o buitres leonados. En los altos nichos rupestres anidan más de 110 especies de aves algunas de las cuales amenazadas de extinción a escala mundial. No es de extrañar que parte de la cuenca del río Rúsenski Lom haya sido declarada parque natural. Paseando por el bosque impregnado del olor de flores, al lado de los turistas vuelan colonias de mariposas multicolores y si tienen más suerte podrán ver un gato montés o una manada de ciervos. La región es un verdadero hallazgo para las personas de espíritu aventurero que buscan la tranquilidad de la naturaleza. Muchas veces en las aldeas del Polomie se alojan ornitólogos de Gran Bretaña, Alemania y los Países Bajos. Reciben información sobre el parque natural y las posibilidades de alojamiento de conocidos suyos e Internet.
“Nuestras aldeas no son grandes pero son muy acogedoras con las bellas casas de estilo tradicional búlgaro construidas últimamente”, dice Denka Mateeva, alcaldesa del municipio de Ivánovo. “Nueve de un total de 13 aldeas en el municipio ofrecen su hospitalidad a los turistas que pueden experimentar un verdadero retorno a la naturaleza en nuestra región. No deja de sorprendernos el gran interés que muestran los japoneses por la flora y la fauna búlgaras”.
La gente de la localidad de Ivánovo sigue conservando el folclore y las tradiciones búlgaras. Los visitantes que asistan a algunos de los certámenes folclóricos locales podrán apreciar los bellos trajes típicos y las canciones populares de esta región interpretadas bajo el son de instrumentos típicamente búlgaros como gadulka, kaval o gaita. Tienen un colorido especial los juegos de máscaras que en algunas aldeas son interpretados únicamente por hombres vestidos de piel de oveja y armados de sables de madera que ahuyentan los malos espíritus.
Prepárense para subir uno o dos kilos de peso por los sabrosísimos manjares locales con los cuales les tentarán los anfitriones. En esta parte de Bulgaria existen rancias tradiciones en la producción de frutas, verduras, miel y champiñones. Algunas de las direcciones de turismo rural más populares son las aldeas de Nisovo, Ivánovo, Koshov y Bozhichen. Les sorprenderá el lujo y los servicios extra que ofrecen las casas locales. La mayoría cuenta con piscinas, tabernas y vastos jardines en los que uno puede descansar excelentemente. “Aquí se alojan más que nada personas a las que les gusta la naturaleza y la tranquilidad”, explica Miroslava Miteva, propietaria de una casa para huéspedes en la aldea de Koshov y agrega:
“Aquí hay muchas diversiones. Los turistas escapan de las canículas zambulléndose en la piscina, juegan al billar o al fútbol en el patio. Pueden aprovechar una cocina bien equipada y preparar lo que les guste. Las habitaciones dan al hermoso cañón del río Cherni Lom. Cerca anidan la cigüeña negra y el buitre leonado. Los ornitólogos están fascinados y pasan horas observándolos”.
Los sitos más visitados de la región son las capillas medievales cavadas a gran altura en las rocas cerca de la aldea de Ivánovo. La iglesia principal del complejo eclesiástico, que está bajo la protección de la UNESCO, se denomina Virgen María. Sus frescos pintados de colores vivos representan escenas bíblicas y evangélicas que se remontan al siglo XIV. Deben visitar sin falta la reserva arqueológica Cherven para ver los restos de una de las más formidables fortificaciones medievales por las tierras búlgaras. En una bella localidad cerca de la aldea de Nisovo se encuentran los restos del llamado Konsko Grobishte, o sea Cementerio de los Caballos, que se ha convertido en uno de los sitios de mayor interés turístico. Sobre las viejas lapidas sepulcrales se observan unos círculos en los que se ven esculpidas misteriosas cruces que a juicio de los científicos se parecen al símbolo de la Orden de los Caballeros Templarios. Cerca del pueblo podrán ver una verdadera maravilla natural, un olmo blanco de 700 años de edad que es el árbol más antiguo en esta parte de Bulgaria. Pesca deportiva, paseo en canoa por el río Rúsenski Lom, equitación o safari fotográfico: las diversiones en la región de Polomie les cargarán de energía positiva y nuevas fuerzas para que puedan afrontar los retos de su día a día.

Versión al español de Hristina Táseva

Compartir

El municipio de Ivánovo, el rostro desconocido del turismo búlgaro

Más de la sección

Elisabeth Bleiker, de Suiza: "Bulgaria debe seguir siendo auténtica para intrigar a los turistas europeos"

De las estaciones de esquí a las costas exóticas: aumentan la vacaciones entorno a las fiestas

Viaje con Papá Noel y Blancanieves: magia invernal en el ferrocarril de vía estrecha de los Ródopes