Hay un sitio en la costa búlgara del mar Negro que goza de enorme interés por parte de los turistas incluso en invierno. Se trata del municipio de Shabla que ocupa la porción más norteña de la costa búlgara. En su territorio se extienden tres zonas húmedas que se han convertido en hábitat invernal de decenas de especies de aves amenazadas, incluida toda la población de la barnacla cuellirroja. Durante los meses del invierno, cuando en los centros marítimos reina el silencio, el municipio de Shabla acoge a ornitólogos y ecologistas del extranjero armados de cámaras de fotos o de vídeo, de prismáticos, etc. Antes de dirigirse a las zonas húmedas, los extranjeros hacen una escala en un rincón romántico que se encuentra mar adentro y donde parece que el tiempo ha parado su marcha. Allí, rodeado de leyendas, y azotado por los vientos, espera a los visitantes el Faro de Shabla.
© Foto: Veneta Nikólova
El Faro más antiguo de la costa búlgara del mar Negro se encuentra en el cabo de Shabla, el punto más oriental de Bulgaria. El año nuevo astronómico comienza allí más temprano que en el resto del país. El 31 de diciembre el Faro entrará en 2011 anticipándose en 19 minutos a la capital Sofía que dista 550 kilómetros al oeste del Faro. La instalación que guía a los navegantes está pintada de franjas rojas y blancas, y es uno de los atractivos más curiosos en la costa norte del mar Negro.
Se afirma que el faro fue construido siguiendo el modelo de una de las Siete Maravillas del Mundo, el Faro de Alexandría destruido durante un sismo en el Medioevo. A diferencia de aquel, el Faro de Shabla ha logrado sobrevivir las vicisitudes del tiempo y los cataclismos naturales. Suelen llamarlo el “Faro de Arena” porque advierte a las naves de las bajías entre el cabo de Shabla y la próxima aldea de Tiulenkovo. Las luces que emite cada 25 segundos la torre del Faro, de 32 metros de altura, envían la señal a 17 millas náuticas mar adentro.
© Foto: Veneta Nikólova
El Faro tiene su aspecto actual desde 1856. Entonces fue reconstruido y puesto en explotación en el lugar de una instalación de navegación erigida hace unos 100 años. Existen datos según los cuales desde el Cabo de Shabla se emitían señales ya desde la Antigüedad cuando el mar Negro era punto de cruce de navegantes y comerciantes del mudo entero.
“Hoy en día, a pesar del desarrollo de las tecnologías de navegación, no todas las naves disponen de sistemas GPS. La región es peligrosa por los escollos, así que el faro no es un recuerdo sentimental, sino una necesidad, explica Iliyan Hristakiev de la administración municipal de Shabla. Igual que muchos faros marítimos en Bulgaria el de Shabla fue puesto en explotación y administrado por la asociación francesa Compagnie des Phares de l Empire Otoman a mediados del siglo XIX cuando Bulgaria todavía estaba bajo el yugo turco.
© Foto: Veneta Nikólova
“En la torre del Faro hay un monograma del sultán Abdul Mejit quien gobernaba el Imperio Otomano en aquel entonces. Tal tipo de monogramas se incrustaban en edificios de suma importancia para el Imperio Otomano. Lo curioso es que aunque es el faro más alto en la costa búlgara, fue construido con facilidad y rapidez y los gastos de su edificación eran más bajos que para el resto de los faros marítimos. Es así porque a unos 4-6 kilómetros del faro se encontraban las murallas de una fortaleza medieval de la época romana que sirvieron de material de construcción”.
El Cabo de Shabla fue habitado ya en la antigüedad. Según fuentes históricas, hace más de 2 milenos cerca del Faro existía una ciudad portuaria denominada Karia. Hasta nosotros ha llegado únicamente el nombre de la población que hoy en día llevan la región y un pueblo de marineros con casas bajas y una taberna pintoresca que ofrece especialidades de pescado fresco. Al sur del Faro nos encontramos en medio de paisajes marítimos intactos por la mano humana. Las rocas cerca de la aldea Tiulenkovo ocultan en sus entrañas miles de grutas que hasta hace unos 15 años fueron hábitat de una colonia de focas. Cerca se expande una de las playas más bellas de la costa del mar Negro. En la región del Cabo de Shabla con frecuencia se desencadenen peligrosas tormentas marinas que son un verdadero espectáculo natural para pintores y fotógrafos que plasman en sus obras las olas gigantescas que se rompen en la costa.
En el lejano 1901 un terremoto destructivo sacudió la región causando graves daños en los pueblos cercanos. Sin embargo, el Faro permaneció casi intacto. Únicamente su torre se resquebrajó por lo cual le fueron colocados arcos de metal que todavía se encuentran allí.
El Faro de Shabla guarda un arcano. En 1996 cuando se celebró su 140 aniversario los funcionarios que administran la instalación enterraron en sus bases un mensaje hacia las generaciones venideras que será abierto en 2056 cuando el faro cumplirá 200 años.
Versión al español de Hristina Táseva
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