Una de las páginas más gloriosas de la gesta de liberación de Bulgaria de la dominación turca, que se extendió por casi 5 siglos, es el Levantamiento de Abril de 1876, cuyo inicio coincide, según el calendario del estilo nuevo, con el 2 de mayo.
Y una de las figuras más llamativas de aquel levantamiento, aplastado cruelmente por cierto, es la de Raina Popgueorguieva, una maestra de la localidad de Panaguiurishte, que hasta los turcos dieron en llamar Raina la Princesa.
Su biografía fue publicada en 1877, o sea, un año después del heróico Levantamiento de Abril contra los turcos y poco más de un año antes de la liberación definitiva de Bulgaria de la dominación otomana, en 1878.
Curiosamente, este escrito es una de las más fidedignas fuentes históricas de información acerca de los acontecimientos durante aquellos días, ahogados en sangre. Raina la Princesa escribió su autobiografía con el propósito de provocar la simpatía y el apoyo del mundo eslavo al pueblo búlgaro ultrajado.
"Toda Tracia Occidental semejaba aquella primavera un volcán retumbante al borde de la erupción"… Así comienza el relato de Raina Popgueorguieva sobre la víspera del heroico y hundido en sangre Levantamiento de Abril de 1876 contra los turcos. La ciudad de Panaguiurishte era el centro de los preparativos para el levantamiento en Tracia Occidental y allí trabajaba Raina Popgueorguieva como maestra. Tenía 20 años y acababa de terminar la Escuela de Maestras de Stara Zagora, importante ciudad en el Sur de Bulgaria.
Un día se le acercó Gueorgui Benkovski, figura clave del levantamiento en aquella región, para solicitarle ayuda. Así lo describe Raina Popgueorguieva en su diario:
“En qué puedo ayudar yo, una mujer”, le pregunté. Y díjome Benkovski que por voluntad unánime de los rebeldes, en mí había recaído la tarea de bordar una bandera del levantamiento. Estaba dispuesta a hacerlo, pero nunca había visto ninguna hasta entonces, y le pregunté cómo debía proceder. Entonces me enseñaron un estandarte de los rebeldes de la localidad de Karlovo y díjele a Benkovski que bordaría una similar".
Y lo hizo Raina Popgueorguieva llamada la Princesa, con un león bordado en hilos de oro, con la medialuna bajo sus pies, y tres palabras ardientes: Libertad o muerte.
El levantamiento estalló el 2 de mayo según el calendario moderno. En corto tiempo los insurrectos tomaron el konak, esto es, la sede de las autoridades otomanas. La libertad fue proclamada con el jubiloso repique de las campanas en toda la localidad. Al enterarse la ciudadanía de que Raina Popgueorguieva había bordado en seda e hilos de oro una bandera búlgara, la incitaron a que, con la bandera en alto, y con un sable y una pistola a la cintura, montara un brioso corcel y recorriera a lo largo y ancho la ciudad para anunciar con su presencia que el yugo turco había sido rechazado de una vez y para siempre.
Así lo hizo Raina, llamada por turcos y búlgaros la Princesa, convirtiéndose en símbolo de la Bulgaria anhelante de independencia y libertad. No obstante, aquella libertad duró una escasa semana, defendida a sangre y fuego por los búlgaros sublevados. Pronto llegaron refuerzos del ejército otomán y la esperanza libertaria fue ahogada en sangre.
Disfrazada con prendas ajenas Raina la Princesa intentó huir de Panaguiurishte, pero en vano. Los turcos la capturaron y la llevaron a prisión. Más de dos meses fue interrogada en medio de inhumanas torturas. Puesta en libertad, supo de la muerte de su padre por manos del dominador. Permaneció por algún tiempo más en Panaguiurishte, hasta que consiguió un pasaporte a nombre ajeno y emigró a Constantinopla.
“Estando allí, fui visitada varias veces por gente de la embajada americana. Me sugerían que me trasladara a Norteamérica o a Suiza, pero preferí marcharme a Rusia, hermana nuestra y protectora, por la sangre común eslava y la fe cristiana ortodoxa que nos unen”…
Con estas palabras termina Raina la Princesa su relato sobre lo ocurrido en 1876. Dos años más tarde, en 1878, un 3 de marzo Bulgaria quedaba libre de la dominación otomana como resultado de la Guerra Ruso-Turca de 1877’1878.
Raina Popgueorguieva regresa a la Patria en 1879. Se dedica durante 4 años más a la docencia en la ciudad de Tarnovo, antigua capital de Bulgaria, así como en su natal Panaguiurishte, y en Plovdiv.
Contrae matrimonio y tiene 5 hijos. Luego se siente atraída por “la más sagrada ciencia humana”, la obstetricia. Miles de bulgaritos vieron la luz por sus manos en uno de los mayores hospitales de la capital Sofía.
Fallece en 1917, a la edad de 61 años, y muchos vecinos de la capital se sentían orgullosos de haber venido a este mundo de la mano de una figura tan importante en la historia búlgara, que jamás hizo gala de sus proezas revolucionarias sino vivió y trabajó como entendía que debían vivir y trabajar los búlgaros libres: con dignidad y abnegación.
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