Sofía: calles romanas, encanto retro y tentaciones culturales

Publicado el 16/09/11 08:59

La estatua de Sofía, escultor Gueorgui Chapkánov

Foto: Veneta Pavlova

El 17 de septiembre, día de Santa Sofía y de sus tres hijas, Fe, esperanza y Caridad, celebramos la fiesta patronal de la capital búlgara. Sofía fue elegida centro administrativo del país en 1879, al año de haber sido liberado el país de cinco siglos de dominio otomano. “Crece pero no envejece” es el lema de la urbe. Su destino se encuentra relacionado con los tracios antiguos, con el Estado de Filipo y Alejandro de Macedonia, el Imperio Romano, Bizancio, la Bulgaria medieval, el imperio osmanlí y el nuevo Estado búlgaro. En los últimos años las obras de construcción del metro, en pleno centro de Sofía, dieron pie a excavaciones arqueológicas que arrojaron luz complementaria sobre el pasado de la urbe, desde la Época Romana hasta el siglo XIX. Tras la conservación y restauración de fragmentos de calles y edificaciones antiguas estos vestigios serán exhibidos ante el amplio público en forma adecuada para que los habitantes de esta urbe y quienes la visiten se imbuyan de su historia al pasear por el centro de Sofía.

La iglesia "Sveta Nedelia"

Siempre en esa zona céntrica y en una proximidad simbólica se encuentran cuatro templos: la iglesia cristiana ortodoxa “Santa Sofía”, la catedral católica “San José”, la antigua mezquita “Bania Bashi” y la sinagoga más importante en los Balcanes. Ahí están, asimismo, edificios emblemáticos para la Bulgaria moderna: la sede del presidente de la nación, y el edificio del Consejo de Ministros. Si nos encaminamos de allá en dirección Este por los aristocráticos adoquines amarillos de la avenida del Rey Libertador podremos ir apreciando edificios hermosos de épocas pasadas. Figuran entre ellos el antiguo Palacio real, hoy Pinacoteca Nacional, la Asamblea Nacional, la Academia de Ciencias de Bulgaria, la Universidad Central de Sofía. Embajadas, mansiones de acaudalados vecinos de Sofía. Llegaremos así al puente de las Águilas donde se inicia el mayor parque municipal, el del Rey Boris III. Hoy por la avenida citada discurre parte del tráfico urbano pero en el pasado fue zona preferida para los paseos de los vecinos de Sofía.

El edificio del antiguo palacio real, hoy Galería de Bellas Artes

Hace decenios en esta avenida del Rey Libertador funcionaba la famosa cafetería de los escritores a la cual acudían no sólo los artífices de la pluma sino también artistas del pincel, músicos, científicos, cantantes. El espíritu de aquel centro de la cultura de antaño fue recreado por el pintor Alexander Dombrínov, quien plasmó en dibujos 106 rostros de representantes de la elite intelectual nacional en los años 30 del siglo pasado.

El Teatro Nacional "Iván Vázov"

En vecindad a la avenida del Rey Libertador hay también otros sitios emblemáticos para la capital de Bulgaria. Ya hemos mencionado la iglesia de Santa Sofía, que ha dado nombre a la urbe. Están ahí la catedral “San Alejandro Nevski”, el mayor templo ortodoxo en Bulgaria, el Teatro Nacional “Iván Vázov”, la Academia de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional. En las calles vecinas a otro parque, el de los Médicos se pueden ver algunas de las más interesantes casas antiguas de Sofía.

Un edificio moderno en la avenida "Todor Alexándrov"

En 1880, dos años después de la liberación del dominio otomano, Sofía contaba unos 20 mil habitantes. Según el más reciente censo, ahora los habitantes de la capital suman 1 millón 300 mil. La capital vivió un auténtico boom en la construcción en los años posteriores a los cambios iniciados en 1989 y en los cuales se construyeron centros comerciales, edificios de oficinas, edificios residenciales nuevos. Lamentablemente, aquella expansión de la construcción se hizo a expensas de las áreas verdes, motivo de orgullo tradicional para los vecinos de Sofía. No obstante, podemos señalar como ventaja de los edificios de reciente construcción su aspecto más acogedor y distinto del que tienen los altos edificios construidos en la época socialista.

Versión en español por Mijaíl Mijailov

По публикацията работи: Veneta Pavlova

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