Las etnias en Bulgaria: la comunidad hebrea

“La historia de los judíos búlgaros se remonta siglos atrás. Los primeros hebreos se asentaron en estas tierras hace unos 2 mil años, el tiempos de los Apóstoles de Cristo”

Así comienza su narración Maxim Benvenisti, presidente de la Organización de los Judíos en Bulgaria, Shalom, sobre la historia, las tradiciones y las festividades de la comunidad judía en este país.

Los judíos búlgaros son una comunidad integrada. Se caracteriza por gran número de matrimonios mixtos, es decir, matrimonios contraídos con búlgaros o búlgaras. Es imposible distinguir a un judío de un búlgaro en el transporte público, en un restaurante, o en un centro de trabajo, puntualiza nuestro interlocutor. La única diferencia entre judíos y búlgaros está en los nombres y apellidos.

”Los judíos viven de la misma manera que todos los demás ciudadanos búlgaros, pero tienen también una vida comunitaria propia, explica el presidente de la Organización de los Judíos Búlgaros Shalom. La vida comunitaria transcurre al compás del calendario de festividades judías y de los acontecimientos históricos relacionados con su asentamiento y arraigo en Bulgaria. De hecho son las fechas que celebran todos los judíos por el mundo, a las que cabe añadir el homenaje a los seis millones de judíos aniquilados en el holocausto. En otras palabras, los judíos búlgaros forman una comunidad bien organizada que siempre se ha distinguido por su patriotismo y que es elemento indisoluble del pueblo búlgaro”.

Son 3800 los judíos que integran la organización Shalom, que agrupa a 16 organizaciones regionales de toda Bulgaria. El 60% de los judíos búlgaros residen en Sofía. Además de Shalom, existen otras 8 organizaciones judías, 21 organizaciones juveniles, 2 organizaciones femeninas una federación deportiva y una logia de los judíos búlgaros. Esta última es conocida históricamente como Bnei-Brit. Funciona, además, una federación de los cionistas en Bulgaria.

La organización Shalom forma parte de la comunidad hebrea mundial. Mantiene contactos permanentes y realiza proyectos conjuntos con las mayores organizaciones judías del mundo. Cada organización regional tiene su propia Casa de la Cultura Hebrea. La mayor de estas casas se encuentra en la capital Sofía, donde está también el Museo de Historia Judía. En el país se edita asimismo un Diario Judío. Desde hace más de un siglo el símbolo de la comunidad judía en Bulgaria es la Sinagoga de Sofía, la segunda mayor sinagoga sefardí de Europa.

“Los negocios no son nuestro fuerte y no tenemos ningún oligarca judío en Bulgaria, dice nuestro interlocutor y puntualiza que los judíos búlgaros pertenecen más bien a los círculos intelectuales. Basta mencionar al escritor Elias Canetti, Premio Nóbel de Literatura, el pintor mundialmente conocido Jules Pascin, el catedrático Isak Passí, filósofo considerado toda una institución en la vida intelectual de Bulgaria, Milcho Levíev, una de las grandes figuras del jazz mundial, el eminente poeta y traductor Valeri Petrov, el director de cine Angel Wagenstein, la leyenda del rock búlgaro, Kiril Marichkov, entre otros. Los judíos búlgaros son sefarditas. Los últimos en llegar a estas tierras fueron los judíos expulsados de España en 1492 años.

“Aquí en Bulgaria hace tiempo se ha borrado la diferencia entre las dos ramas hebreas: la de los judíos ashkenazi germanoparlantes y la de los sefarditas hispanohablantes. Hoy en este país existe una comunidad hebrea única, puntualiza Maxim Benvenisti. Hay en la historia búlgara un episodio memorable que ha dejado una huella imborrable en la memoria histórica de los judíos. Se trata de la salvación de éstos de los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

“Mientras exista aunque sea un solo judío búlgaro en el mundo, recordará con buenos sentimientos al pueblo búlgaro y a la Iglesia Ortodoxa Búlgara que salvaron la vida de sus connacionales hebreos. Fue un acto histórico en el que los búlgaros de a pie frenaron a los políticos e impidieron que enviaran a los judíos búlgaros a los campos de la muerte nazis”.

Los judíos búlgaros ya recibieron su nuevo año 5772. En la segunda quincena de diciembre celebraron Janucá, “La fiesta de las luces”. Además de las fiestas tradicionales de todos los judíos, conmemoran el 10 de marzo como el día en que el pueblo búlgaro los defendió forzando al gobierno a anular la orden de deportar a los judíos búlgaros a los campos de la muerte nazis, puntualiza Maxim Benvenisti.
Los judíos no son ruidosos en sus celebraciones. Suelen celebrar las festividades en casa, y la buena comida no puede faltar. La cocina de los judíos búlgaros es de tipo mediterráneo, señala Maxim Benvenisti y concreta:

“Es muy picante, con mucha pimienta y ajo, y sin carne de cerdo, claro. A veces la cocina hebrea tiene exceso de azúcar. Luego los judíos nos quejamos de tener la más alta incidencia de la diabetes. Y cómo no vamos a tenerla si comemos tantos dulces con almíbar…”

Antaño la bebida predilecta de los judíos era el anís. Hoy, lo mismo que los búlgaros, suelen beber todo tipo de tragos. Eso sí, el vino debe ser tinto. “En la Antigüedad no se conocía el vino blanco. Éste apareció mucho más tare, con los métodos químicos. El vino antiguo era tinto, y de mucho cuerpo, por lo cual le agregaban agua, para hacerlo más ligero”, termina diciendo Maxim Benvenisti, presidente de la organización de los judíos Búlgaros Shalom.

Versión en español por Raina Petkova

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