Por los senderos no trillados de los Ródopes Orientales

¿Saben Uds. que en los Ródopes Orientales pastan libremente enormes rebaños de vacas y toros de una antigua especie endémica para Bulgaria y que les hacen compañía ovejas karakachan que se caracterizan por su pelaje largo y suave? ¿Saben que en los prados de los montes cabalgan caballos salvajes, los llamados tarpanes, importados de Holanda, y que los buitres que vuelan en el cielo se han convertido en verdaderas celebridades que gozan del interés de ornitólogos del mundo entero?

Muchas aldeas se han quedado con pocas casas, otras están despobladas por completo

Ese es uno de los últimos rincones salvajes en Europa que se han salvado de la urbanización que ha logrado desjar sin personalidad gran parte del Viejo Continente.
Lo bueno es que los municipios de Madzhárovo y Krumovgrad, situados cerca de la frontera con Grecia, todavía no han sido invadidos por el turismo masivo gracias a lo cual allí no se pueden ver los típicos cebos para atraer clientes como las vallas publicitarias de discotecas, bares, supermercados, tiendas de recuerdos. En este rincón de la montaña casi no hay hoteles. Es más probable que uno se aloje en una casa para huéspedes dotada de todo lo necesario para pasar unas vacaciones románticas e inolvidables. La otra variante es alquilar un chalé. Se ofertan casas rurales que por fuera no se diferencian del resto de los edificios antiguos esparcidos por la montaña. Sin embargo, su interior es comparable al de los pisos modernos con chimeneas, cocinas y dormitorios lujosos. Dicho en breve, es una excelente manera de pasar las vacaciones en una aldea en compañía de las personas queridas sin privarse de las comodidades a las que uno está acostumbrado.

Los ornitólogos muestran interés en observar las aves de rapiña que se encuentran en estas tierras

Si les gusta el silencio tal vez apreciarán el hecho de que en esas villas viven unas 40 – 50 personas y algunas de las aldeas ya están despobladas. En la región de la aldea de Madzhárovo, que hoy en día tiene apenas 500 habitantes permanentes, los verdaderos dueños no son las personas, sino las aves. En un territorio de unos 20 kilómetros cuadrados se puede observar el 70% de todas las aves de rapiña que habitan el Viejo Continente. Entre ellas están el buitre leonado y el egipcio que se han convertido en una especie apreciada por ornitólogos y viajeros. En primavera los alrededores de Madzhárovo se llenan de colores lila, rojo y ciclamen… Esta es la temporada de las orquídeas que florecen en el territorio de la zona protegida “Valle de Lobos”. Como indica el nombre de la reserva, allí rondan lobos así que los turistas deben estar atentos. Los visitantes de esa parte de Bulgaria no deben dejar de visitar el centro ecológico cerca de Madzhárovo donde aprenderán mucho sobre el mundo ornitológico del monte y verán dónde anidan algunas de las especies de aves más raras.

En Madzhárovo viven unas 500 personas

Franc Zanderink, coordinador de un proyecto búlgaro-holandés de desarrollo sostenible de la región, está convencido de que los Ródopes Orientales tienen todas las oportunidades de imponerse como un destino ecológico de primer orden en Europa.: “Lo que buscan los viajeros extranjeros son los senderos no trillados. Les gusta visitar lugares no frecuentados por los turistas y estar en contacto con la naturaleza virgen. Pueden descubrir todo esto aquí. Es verdad que en gran parte de estas tierras el hombre ha intervenido pero no han sido destruidas como sucede en otros lugares. Los extranjeros descubrirán una de las diversidades biológicas más importantes en el continente: diferentes tipos de mariposas, reptiles, carnívoros, aves de rapiña. La gente de Europa, incluidos mis compatriotas, no ha oído de los Ródopes Orientales. Cuando les enseño fotos y películas enseguida me dicen: “Quiero ir allí, a todo costa”.

Trajes típicos que se caracterizan por su colorido

Otra atracción son los trajes típicos de esta parte de Bulgaria que ostentan todos los colores del arco iris y se guardan en antiguos armarios. Se suelen vestir solo en fiestas. Entonces todos se toman de la mano y bailan la ronda típica “oro bajo” el son de la gaita. Todo visitante que desee tomar parte en el festejo es bienvenido.

Ganado vacuno de cuernos cortos

No solo holandeses, sino franceses, alemanes, escandinavos, y un número cada vez mayor de búlgaros descubren este rincón agraciado por la naturaleza y se identifican con el deseo de preservarlo de la invasión turística. Si dan un paseo por la ribera del río Arda tendrán la posibilidad de observar vistas insólitas, oír el canto de las aves y sentir el aroma de hierbas curativas y plantes salvajes. Las aguas cristalinas de Arda se abren camino al pie de peñascos formando bellos meandros de una belleza casi irreal. El camino asfaltado que serpentea al lado de las riberas arenosas lleva a sitios olvidados por la civilización cuyos habitantes, sobre todo ancianos, viven en aldeas aisladas y miran a los turistas como a visitantes de otra época. Su hospitalidad es fabulosa. Al viajero se le recibe con una gran sonrisa y con los más irresistibles manjares caseros.
Una nostalgia por los tiempos pasados trae la localidad cerca de la despoblada aldea de Sbor que parece estar situada al fin del mundo. Cerca de los restos de las casas antiguas que se van destruyendo por los fenómenos atmosféricos ronda una manada de caballos salvajes, los llamados tarpanes. Fueron importados de Holanda con el fin de restablecer los ecosistemas naturales y ya se han convertido en una atracción turística.

La aldea Sbor nos trae la nostalgia del pasado

Versión en español por Hristina Táseva
Fotos: Veneta Nikólova

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