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El Calendario Eterno del padre Matei Preobrazhénski

Foto: museumpavlikeni.com
Ya en el año 1850, una personalidad del Renacimiento búlgaro, un letrado y revolucionario, recreaba el ciclo de la naturaleza y de la vida en un calendario que se denomina Eterno. La obra del padre Matei Preobrazhénski-Mitkaloto, ha llegado a nosotros, y, hoy se puede apreciar en el Museo de Historia, de la ciudad de Pavlikeni, en el norte de Bulgaria. Ahora, cuando hablamos tanto del fin del mundo que predijeron los mayas, ¿nos tranquilizará el calendario del padre Matei, de que este fin no llegará? La naturaleza tiene cuatro estaciones que se suceden y los humanos se atienen a estas leyes naturales…

© Foto: Archivo

El padre Matei Preobrazhénski, una personalidad enciclopédica, nació en 1828, en la aldea de Novo Selo, en el centro de Bulgaria. Quedó huérfano y sus familiares lo enviaron al Monasterio de Driánovo. Después vivió en los Monasterios de Rila y Driánovo, y finalmente fue al Santo Monte Athos. En aquel entonces los monasterios fueron sedes espirituales y sus bibliotecas atesoraban libros de gran valor. Matei Preobrazhénski se impregnó de los conocimientos de las páginas amarillentas e incluso llegó a la idea de crear un motor eterno. Fue uno de los compañeros del Apóstol de la Libertad, Vasíl Lévski, ahorcado en febrero de 1873 por los subyugadores osmanlíes. Matei Preobrazhénski recorría el país y tomaba parte en la fundación de comités revolucionarios, pero en sus alforjas siempre llevaba libros. Él mismo es autor de 8 libros y es una de las personas que copiaron la primera historia de los búlgaros escrita por el padre Paisii en 1762. La idea del Calendario Eterno se gestó cuando el padre Matei se encontraba en un monasterio en el Santo Monte Athos.

Neli Tsóneva, funcionaria del Museo de Historia de la ciudad de Pavlikeni cuenta: En la costa del mar de Mármara, el padre Matei hizo sus primeros intentos de crear un motor eterno. Datan del mismo periodo sus intentos de crear una maqueta del calendario eterno. Éste consta de algunos círculos concéntricos de diferente tamaño y de un eje común para que cada círculo pueda girar. En 1870, cuando Matei Preobrazhénski se encontraba en la región de Tárnovo, entregó la maqueta al iconógrafo Venko, quien la pintó en el muro de la escuela de la aldea de Mijaltsi en 1870.

El tamaño del calendario del Museo de Historia de Pavlikeni es de 158 por 116 centímetros. En su centro están los círculos concéntricos, el externo está dividido en 12 sectores. En cada sector están inscritos los nombres de los 12 meses del año y respectivamente los días de 1 a 30 ó a 31, según los días del mes. Frente a cada fecha figura la respectiva fiesta cristiana. En los círculos internos hay un sistema de cifras, letras y abreviaciones. Según la simbología del calendario eterno que conocemos hoy, allí están señalados capítulos del Nuevo Testamento y diferentes misas que deben ser oficiadas en la respectiva fiesta cristiana. El calendario fue creado en conformidad con las leyes del Calendario Gregoriano y por esto responde a las fiestas cristianas actuales.
A ambos lados del calendario hay dos columnas con cifras y tablas donde están señalados los años de mediados del siglo XIX hasta 1940. Se supone que la tabla da la posibilidad de calcular qué fecha a cuál día de la semana responde o cuál es la semana del respectivo año. Cada cosa ha sido inventada para mostrar el ciclo eterno de la naturaleza. Alrededor de los cuatro círculos concéntricos, en los cuatro extremos del calendario, vemos cuatro cuadros. Cada uno de ellos representa a tres personas y las inscripciones primavera, verano, otoño, invierno. Los cuatro cuadros colocados en los cuatro extremos del calendario responden a las cuatro estaciones. Los tres meses que dura cada estación están representados mediante las personas.

La idea que trasciende es que como en la naturaleza después de la primavera viene el verano, el otoño y el invierno, las mismas estaciones se repiten en la vida humana. Uno nace, madura, poco a poco envejece y se convierte en anciano. Pero el ciclo de la vida no termina aquí, vienen nuevas generaciones. En el centro del Calendario Eterno, sobre un fondo azul, están representados los dos hemisferios de la tierra, así como el Sol y la Luna, y, entre ellos hay un triángulo y un ojo. ¿Es este el ojo de Dios que ve todo o es una representación del Cosmos? Cada uno es libre de pensar lo que quiera. En este calendario hay mucha simbología y muchos conocimientos para el mundo, concluye Neli Tsoneva. 

Versión en español por Hristina Táseva
По публикацията работи: Milka Dimitrova


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