Es tarea difícil decir cuál de las canciones del compositor Petar Stupel es la más famosa, porque ha compuesto muchísimas y todas ellas son muy bellas y muy queridas por el público. Varias generaciones de niños búlgaros han crecido con las canciones de este famoso compositor búlgaro. Una de las canciones más conocidas es el Conejito blanco, la canción del programa televisivo infantil Suncho (Sueño) que cada tarde, a las ocho en punto invita a los niños a irse a la cama tras contarles un cuento. Petar Stupel es autor también de la música de algunas de las películas búlgaras más famosas y queridas por el público nacional: Los erizos nacen sin púas, Mi padre, el pintor, Punto primero del orden del día, del musical Moneda antigua. No hay que olvidar la famosa pieza La nieve del recuerdo de la serie de televisión A cada kilómetro en la cálida voz de Georgi Minchev. La lista es larga porque Petar Stupel fue una persona que tenía la capacidad de componer de forma sencilla y emocional. Le ayudaban su talento, un auténtico don divino, su magnífica formación musical y, no en último lugar, su tolerancia y bondad.
Petar Stupel nació en una familia de músicos y siempre alguien a su alrededor cantaba o tocaba algún instrumento. A una edad muy temprana se enamoró de la ópera y cada semana iba al teatro para escuchar y ver a los artistas. Empezó a tocar el piano y esa actividad se convirtió en algo importantísimo para él, tal vez por los buenos profesores que le enseñaban: Mara Balsamova y Andrey Stoyanov. Sobre esta etapa Stupel decía: “En mi formación había algo que hoy en día falta entre los músicos, y que es el amor por la música como tal”. En la Academia Superior de Música, Stupel estudió junto con jóvenes talentosos, deseosos de aprender y desarrollarse. De sus compañeros Stupel decía: Lo básico entre nosotros era el amor por la música y la capacidad de cada uno de poder crear o no música. No peleábamos, cada uno sabía su lugar, no había envidia, sino dignidad. Entre los amigos de Stupel estaban Alexander Raichev, Konstantin Iliev, Boian Lechev, Dobrin Petkov, Liliana Bareva, todos ellos destacadas figuras de la vida cultural nacional. Sus profesores eran importantes personalidades. Baste mencionar al compositor Pancho Vladigerov, cuyos consejos influyeron de forma decisiva sobre el desarrollo del futuro compositor.
A pesar de la dura situación después de la Segunda Guerra Mundial, los músicos del círculo de Petar Stupel empezaron a trabajar a todo vapor. Junto con sus compañeros, Petar Stupel ayudaba al director de la ópera, Liubomir Pipkov, copiando partituras y difundiéndolas. En aquella primera etapa de su carrera musical, para Stupel resultó muy importante su trabajo en Radio Nacional de Bulgaria. En 1947, el director de la emisora emprendió algunas reformas y la sección que se dedicaba a los programas infantiles necesitaba contratar un músico. Stupel y su amigo de la academia, Alexander Raichev, eran un buen equipo ya que el uno componía música y el otro escribía la letra de las canciones. Sin embargo, la oferta era para una persona. Los dos amigos estaban convencidos de que juntos podían hacer el trabajo. Así trabajaron varios años, compartiendo un sueldo. En aquellos años nació una de las canciones más famosas de Petar Stupel, El conejito blanco. No hay niño ni adulto en Bulgaria que la desconozca. Habla del conejito que se pasó el día jugando con una corza en el bosque, Cuando cayó la noche, el conejito se dio cuenta de que se había perdido. No tenía a quién pedir ayuda. Entonces lo vio la luciérnaga y con su farolito le alumbró el camino y lo llevó adonde su mamá. El conejito blanco es un ejemplo impresionante, decía Stupel. No sabía que había escrito una canción que iba a dejar una huella en el corazón de la gente. No sé por qué una melodía como esta puede cobrar tanta popularidad. Creo que en este caso es muy importante la letra.
Petar Stupel tenía una gran impecable a la poesía. Nunca hacía compromisos y siempre escogía textos bellos y significativos. Lo hacía no solo en el caso de las piezas infantiles, sino también en el resto de géneros: el cine, el teatro, la música ligera. Creó un impresionante ciclo de canciones basadas en versos de Gianni Rodari, traducidos por Valery Petrov. Prestaba gran importancia a sus canciones infantiles. Creía que eran lo más valioso que había creado. Sin embargo, compuso también muchas melodías para el cine. Petar Stupel decía: Soy un autor que trabaja para los géneros preferidos por el público masivo, es decir la música destinada a un amplio público. Sin embargo, cuando en determinada música percibo elementos de industrialización, esta música deja de atraerme. Patar Stupel trabajó a lo largo de 15 años en el Conjunto de Música y Danzas del Ejército. Luego ocupó el cargo de director general de la Televisión Pública de Bulgaria. Desde 1980 hasta su muerte en 1997 ejerció el cargo de director del festival “Semanas musicales de Sofía”. Amaba su trabajo y este amor por la música se puede sentir en sus numerosas canciones para todas las edades, creadas con mucho talento, dedicación y cariño.
Vesrisión en español por Vésela Petrova
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