La Liberación de Bulgaria en las obras de Arnaldo Zocci

El 23 de mayo en el marco del tercer Congreso Internacional de Bulgarística, celebrado en la Universidad de Sofía, San Clemente de Ojrid, se inaugura la muestra El Escultor Italiano Arnaldo Zocci y la Liberación Búlgara. Será proyectada la película El Florentino Salvaje, de la Televisión Nacional de Bulgaria, dedicada a Zocci. Autores de la muestra fotográfica y su catálogo son del doctor Rasdoslav Spasov y la directora Penka Spasova. Además, los dos están entre los autores del documental El Florentino Salvaje.

He aquí lo que dice ante Radio Bulgaria el doctor Radoslav Spasov: Esta primavera se cumplieron 135 años de la Liberación de Bulgaria del yugo otomano logrado en el transcurso de la Guerra Ruso -Turca de 1877-1878. El reconocimiento que siente nuestro pueblo por este notable acontecimiento que propició el desarrollo europeo de Bulgaria ha encontrado expresión en un gran número de monumentos. Unos de los más famosos son obra del escultor italiano Arnaldo Zocci. Es un creador famoso de finales del siglo XIX y principios del XX que ganó prestigiosos premios de concursos del mundo entero. Hay monumentos suyos de gran importancia en Italia, EEUU, Argentina, Argelia y muchos otros países. Su nombre permanece en la conciencia de los búlgaros con sus obras dedicadas a la Liberación de Bulgaria siendo las más famosas el monumento del Rey Libertador en Sofía, el Monumento de los Soldados Voluntarios en Ruse, los monumentos a la libertad en Oriajovo y Sevlievo.

Arnaldo Zocci nació en 1862 en la familia de escultores y pintores de Florencia. Creció en la ribera y en los puentes del río Arno, estaba embelesado por los ocasos y las salidas del sol, por las aves que sobrevolaban el río. Al principio no se proponía seguir el camino de su familia porque lo atraían las lenguas clásicas y no dejaba de leer a Homero. El cambio se produjo en un abrir y cerrar de ojos, cuando comenzó a pasar noches enteras en el taller de su padre donde luchaba contra la materia y buscaba el espíritu en ella. A los 18 años de edad Arnaldo se matriculó en la Academia de Bellas Artes de Florencia. Era alumno de su padre, Emilio Zocci, quien era profesor de escultura. Muy pronto mostró su talento, su obra Los Últimos Días de Pompeo cosechó gran éxito y con el bajorrelieve Garibaldi salva a Anita cobró fama en toda Italia. El joven escultor decidió abandonar Florencia y la influencia de su padre y se fue a Roma. Los primeros años que pasó allí fueron difíciles pero pronto logró ganar un concurso de estatua del pintor Piero della Francesca. Durante los años de arduo trabajo artístico creo muchas otras esculturas como la del compositor Palestrina, la de San Francisco de Asís, de Colón, Garibaldi, y un largo etcétera.

La obra más significativa de Zocci en Bulgaria es el monumento al Rey Libertador en el
centro de Sofía. A finales del siglo XIX fue creado un comité que tomó la decisión de erigir un monumento del emperador ruso Alejando II. En 1900 el comité resolvió que se ubicara frente a la Asamblea Nacional y anunció un concurso anónimo internacional para su creación. El proyecto de Arnaldo Zocci ganó el primer premio. La primera paletada fue dada el 23 de mayo de 1901 porque entonces en toda Bulgaria fue celebrado el 25 aniversario del Levantamiento de Abril, cumbre de las luchas libertadoras de los búlgaros en el Imperio Otomano.

El monumento fue santificado e inaugurado el 30 de agosto de 1907. Con motivo de las celebraciones llegaron desde Rusia muchos invitados al cuyo frente estaba el hijo del rey Libertador, el gran duque Vladimir Alexandrovich con su familia. Asistieron al acontecimiento 250 generales rusos y todos los solados voluntarios que habían sobrevivido la Guerra de Liberación. En la plaza frente a la Asamblea Nacional fue oficiada una misa. Las orquestas militares interpretaron los himnos de Rusia y Bulgaria. Ante el público de 40 mil personas el príncipe búlgaro Fernando inauguró el majestuoso monumento de 12 metros del rey Libertador. Una gran alegría y fascinación se apoderaron de todos los presentes. Siguió una marcha militar durante la cual fueron izadas las banderas militares rusas y los soldados voluntarios marcharon la bandera de Samara, cosida por unas monjas de la ciudad rusa de Samara, y regalada a los soldados búlgaros durante la Guerra de Liberación. Las celebraciones populares continuaron con intervenciones, marchas con antorchas y gran animación, una vista que llenó de lágrimas los ojos de Arnaldo Zocci y quien dice en sus memorias que nunca la olvidaría.

El escultor visitó Bulgaria en varias ocasiones y sentía gran cariño hacia el pueblo búlgaro. Su casa en Roma siempre estaba abierta para búlgaros. Se mostró interesado en las obras de muchos creadores búlgaros que trabajaron en el campo de las bellas artes. En el patio de su taller hubo una réplica del monumento al Rey Libertador en tamaño natural. A Zocci le gustaba tomarse fotos con amigos de Bulgaria frente a la réplica. Si hoy nos fijamos en el monumento en el centro de Sofía notaremos que es como una novela pero no escrita, sino esculpida. Una novela sobre la Guerra de Liberación y sus auténticos héroes: el zar ruso, los generales, los soldados, los portadores de las banderas, los tamboreros, los soldados voluntarios y todo el pueblo búlgaro: hombres, mujeres y niños. Más de un siglo las obras del escultor italiano forman parte del colorido de Sofía y las ciudades de la provincia. Son un centro entorno al cual los búlgaros se reúnen para conmemorar importantes aniversarios y festividades populares.

Versión en español por Hristina Táseva

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