La Insurrección de Septiembre, una página trágica en la historia búlgara

Se cumplen 90 años desde la insurrección de septiembre del año 1923, que estalló como una expresión de la inestabilidad política y la crisis de la democracia en Bulgaria después de la Primera Guerra Mundial. La derrota en la Guerra aumentó la simpatía por la izquierda en el país. De 1920 a 1923 estuvo en el poder el mayor partido de izqueirdas, la Unión Agraria Popular Búlgara. Fueron iniciadas algunas reformas pero su gobierno se caracterizó también por actos de corrupción y autoritarismo. El gobierno agrario se vio aislado y el 9 de junio de 1923 fue derrocado con un motín militar. Después de éste, fue elegido primer ministro de Bulgaria, Alexander Tsankov. En respuesta a ello, en junio de este mismo año, estalló una insurrección que fue sofocada con rapidez. Ésta no fue apoyada por el Partido Comunista, el cual guardó neutralidad.

En esa época, del 12 al 13 de junio, en Moscú se celebró un pleno del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista, dice en entrevista a Radio Bulgaria el historiador Liudmil Spasov. Durante ese pleno la táctica del Partido Comunista fue sometida a una crítica aniquiladora. Vasil Kolarov, entonces secretario general del Komintern, fue enviado a Bulgaria. A su llegada envió un telegrama a Moscú en el cual afirmaba que todo estaba tranquilo, que los comunistas que habían sido detenidos alrededor del 9 de junio ya habían sido puestos en libertad, que había solo censura y que no se daban condiciones para una lucha revolucionaria.

La reacción del Komintern fue enérgica. Los comunistas alemanes afirmaron que el proletariado en su país estaba listo para levantarse y realizar una revolución socialista. En Moscú opinaban que ésta redundaría en exitosas revoluciones en otros países europeos. Esto resultó definitivo para los sucesos en Bulgaria.

El Komintern se mostró intransigente respecto a los comunistas búlgaros, quienes continuaron defendiendo su postura. Incluso, Georgi Dimitrov (quien sería una figura significativa en el movimiento comunista internacional) manifestó que el derrocamiento del gobierno agrario es un acto profundamente progresista, dice el catedrático Spasov. El Komintern tuvo que intervenir. A principios de agosto a Bulgaria fue enviado su agente Alexander Abramovich-Chetuev. Bajo su presión, Vasil Kolarov se vio obligado a cambiar su postura inicial. Los motivos por ello fueron, en primer lugar la esperada revolución en Alemania, en segundo lugar, las negociaciones iniciadas en Moscú entre la Organización Interna Revolucionaria de Macedonia y el gobierno soviético. En tercer lugar se tomó en consideración la disposición expresada por parte de la emigración agraria de participar en agosto en una sublevación para derrocar al gobierno de Alexander Tsankov. Así a principios de agosto, el Partido Comunista de Bulgaria tomó el rumbo a un levantamiento armado.

El Partido Comunista Búlgaro comenzó negociaciones con la Organización Interna Revolucionaria de Macedonia. La condición de su líder, Todor Alexandrov, era que no se organizara una sublevación en el sudoeste de Bulgaria, concretamente en la región de Petrich, ya que eso causaría una intervención yugoslava. Declaró que si se acataba esta condición, estaba dispuesto a mantenerse neutral. Fue decidido que el centro de la sublevación fuese el noroeste de Bulgaria, otra región cercana a la frontera con Serbia.

Esto estaba relacionado con la revolución ideada en Alemania. Una crisis en las relaciones entre Bulgaria y Yugoslavia, el posible caos en los Balcanes, facilitaría el triunfo de de la revolución alemana, explica el catedrático Spasov. En Moscú solo Stalin tenía ciertas reservas respecto al potencial revolucionario del proletariado alemán, pero la fraseología revolucionaria que se había desencadenado lo obligó a retirar sus objeciones.

Es el contexto en que se desarrollaron los acontecimientos en Bulgaria. Los agentes policiales de Alexander Tsankov se enteraron del cambio en la postura del Partido Comunista Búlgaro. En Lopushna, Tsankov advirtió a los campesinos, que se habían reunido con motivo de la fiesta patronal del monasterio local, que si cedían ante la propaganda comunista se verían ahogados en sangre. El 12 y 13 de septiembre fueron detenidos más de 2500 comunistas. La insurrección estalló prematuramente el día 13 en Maglizh, en el sur de Bulgaria. El Partido Comunista no cumplió el compromiso asumido ante Todor Alexandrov. En la actual ciudad de Blagoevgrad fue preparado un destacamento de guerrilla. La sublevación allí fue sofocada con crueldad por los miembros de la Organización Interna Revolucionaria de Macedonia.

Rebeldes de Maglish, provincia de Stara Zagora

La directiva de la insurrección se concentró en la actual ciudad de Montana donde se encontraban Georgi Dimitrov, Vasil Kolarov y Gavril Genov. Con unos 2 mil insurrectos Gavril Genov tomó Boichinovtsi, continúa diciendo Liudmil Spasov. El 18 de septiembre el gobierno se dirigió a las Grandes Potencias solicitando autorización para decretar movilización incumpliendo el Tratado de Neuilly, que había impuesto a Bulgaria graves restricciones después de la Primera Guerra Mundial. Fueron movilizadas unas 3 mil personas. Además, fueron enviadas unidades de las guarniciones de Ruse, Shumen, Pleven. Así la insurrección en el noroeste de Bulgaria fue sofocada con especial crueldad. Más de 5 mil personas fueron matadas, unas 15 mil fueron detenidas y represaliadas, 2 mil personas emigraron. Emigraron también los dirigentes de la insurrección Georgi Dimitrov y Vasil Kolarov.

Posteriormente, los dos harían pública una carta abierta afirmando que la situación revolucionaria en Bulgaria persistía. A principios de 1924, el Comité en el extranjero que habían creado anunciaría nuevo rumbo a la insurrección armada. Poco después de la sublevación se celebraron elecciones en Bulgaria y el nuevo Parlamento aprobó una Ley de Defensa del Estado que declaraba ilegal el Partido Comunista. Éste creó una organización militar clandestina que procedió a actos terroristas. El gobierno del catedrático Tsankov, que ganó las elecciones con una gran mayoría, ejerció el poder de un modo autoritario sirviéndose con frecuencia de las herramientas del terror. El sistema democrático en Bulgaria se vio truncado hasta 1944, así como después de esta fecha, cuando en Bulgaria entró el ejército soviético y en el país pronto fue establecido un régimen prosoviético.

Versión en español por Hristina Táseva

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